Noemí Velasco / Almodóvar del Campo
Acompañadas de un maestro que destaca sus “inquietudes”, sus “ganas de aprender” y su “amor al dibujo”, llegan al Museo Municipal de Puertollano dispuestas a demostrar sus grandes habilidades con el pincel, el carboncillo, los lápices de colores, la acuarela y el lienzo a través de una explosión de diferentes estilos y temática variada que demuestra la libertad de la escuela que dirige Emiliano Vozmediano. Trece de las alumnas del taller que tiene el artista puertollanense en su propia casa exponen hasta el 30 de octubre veintisiete obras elaboradas en los dos últimos años, que atraviesan el realismo más convencional, clásico y de dibujo elaborado, y que llegan a flirtear con el impresionismo, e incluso con el expresionismo.
Con una gran admiración hacia sus alumnas, con las que reconoce que desarrolla día a día, “un intercambio de conocimientos, pareceres y reflexiones”, Emiliano Vozmediano explica que en su labor como profesor -aunque prefiere no llamarse así- trata de “potenciar la personalidad de cada una”, para que nunca se reproduzcan “clones” de su obra y cada cual tenga “su estilo diferenciado”. De hecho, el conjunto de obras que forman parte de la exposición reflejan de forma clara esta intención, con la introducción de paisajes, retratos, bodegones e incluso figuración animal, con muy diferentes técnicas. Vozmediano siempre trabaja con sus alumnas y alumnos -pues también hay hombres, aunque son una minoría- el esqueleto de la obra, ayuda a dominar el dibujo y da patrones básicos para todo artista -como la existencia de paletas limpias-, y luego cada ‘discípulo’ desarrolla su propia creatividad.
La reflexión y el debate constituyen una parte fundamental de la vida del taller, y de hecho, Emiliano Vozmediano reconoce que “la evolución de los siete años de la escuela ha estado centrada en una simbiosis continua entre mis conocimientos propios y los que me aportan”. El artista señala que “utilizamos la teorización y el diálogo extremo como formula para conseguir un control total de la acción”. Así pues, expresa que lo que más le ha aportado el taller ha sido “conseguir una mayor comprensión a la hora de dar respuesta a las necesidades del arte, buscar recursos de todo tipo para que un proyecto llegue a buen puerto y una mayor agudeza en las relaciones humanas”.
Por supuesto, Vozmediano destaca la fuerza de estas mujeres “para llegar a hacer lo que les gusta, para buscar nuevas oportunidades y para expresar su libertad en sociedad” como nuevas protagonistas de expresión del arte en una historia que ha estado marcada por el hombre. o
Las ‘flores’ van para él
Encantadas en un taller con un “ambiente muy agradable”, abierto a la reflexión y que “deja libertad” al pincel de cada artista, Esperanza y Alejandra, dos de las ‘mujeres’ de Emiliano Vozmediano, llenan de flores a su maestro. Como veterana en la escuela del pintor desde hace siete años, Alejandra recuerda que llegó al taller sin saber prácticamente nada de esa pintura que siempre le atrajo, que practicó su madre, pero que nunca tuvo tiempo para realizar. Cuando llegó, explica, “Vozmediano me dijo que pintara algo que me gustara y yo llevé la fotografía de uno de mis gatos”; y ese fue el comienzo de su desarrollo como artista. Con tres obras expuestas en la muestra del Museo Municipal, una tortuga azul, unos gatos tomando el sol y un jardín, Alejandra habla que le apasiona mucho el realismo, aunque tira hacia el impresionismo, siempre con total confianza por parte de Emiliano Vozmediano.
Ahora pinta un cuadro al óleo de su hijo, en la playa y de espaldas, y destaca la relajación y la tranquilidad que le aporta el ambiente de este taller dirigido por un profesor al que tiene una gran admiración por “su color, el movimiento de sus paisajes”, y con el que no dudó en aprender cuando conoció su interés por poner en marcha la escuela. Fascinada también con toda la producción de ‘Emi’, sus paisajes -“que si los observas de lejos son excesivamente reales y que de cerca están llenos de detalles”-, las atmósferas que crea en el horizonte, la luz que da a la representación del agua o a la vegetación; Esperanza lleva dos años en la escuela. Ella ha pintado toda su vida, aunque ahora, cuando ya es jubilada después de dedicarse a la física, destaca los grandes avances que ha conseguido en este taller. Esperanza pinta de todo, le gusta la “acuarela rápida”, en el retrato refleja “lo mejor de cada persona”, disfruta tanto con el óleo como con la pintura acrílica y reconoce su evolución desde la pintura abstracta -que le gustaba cuando tenía treinta años- hasta el aumento de matices por el que opta en la actualidad.
Ha expuesto en el Museo cuatro obras, ‘Amanecer entre volcanes’ -inspirado en el Parque de Timanfaya de Lanzarote-, un atardecer en las Tablas de Daimiel, un patio mallorquín y una mujer desnuda -”sentada en los talones, recogida, solitaria entre sus pensamientos”-. Esta artista destaca que “Emiliano me ha enseñado a tener tranquilidad, a valorar las cosas que están bien hechas, y el taller, que no es como una escuela típica y que es como un grupo de amigos, me ha aportado mucho como persona”. Además también incide en la “libertad absoluta” que deja este profesor, al que, según subraya, “aunque te corrige tus errores y potencia tus habilitades y tu creatividad, nunca lo veras coger un pincel y pintar en una obra que no sea suya”.
Últimos proyectos
Dentro de su faceta como pintor, Emiliano Vozmediano adelanta que “existe una gran probabilidad que organice una muestra individual en Toledo con unas veinte obras elaboradas en mi última decada”. El puertollanense admite el interés que le produce esta muestra, después de haber participado en una exposición colectiva hace varios años en esta ciudad, a la que llevará algunas de las obras que incluyó en la colección que acogió el Museo Municipal de Puertollano el año pasado. En relación con sus nuevas creaciones, el artista señala que continúa con sus series de formas geométricas, basadas en el cuadrado y en el rectángulo.
A pesar de que el mundo del arte no atraviesa su mejor momento, tras el cierre de numerosas galerías y la reducción del volumen de venta de obras en general, Emiliano Vozmediano sin embargo confiesa que personalmente esta etapa no ha sido muy diferente a las anteriores, ya que, según explica, “el mundo del arte está lleno de vaivenes, los artistas siempre nos tenemos que adaptar a la realidad y nos tenemos que buscar la vida día a día”. Personalmente no le ha ido tan mal y espera que la venta mejore en cuanto “el sector vuelva a estabilizarse, a recolocarse”, aunque afirma que “los recursos existen, lo que pasa es que los tenemos que encontrar”, según añade, “siempre agarrados a nuestro destino, caminando hacia delante”.