Leyendas, mitología, tradiciones, curanderas, brujas y videntes aparecen en ‘La noche que nació de la tormenta’, exitosa novela del ciudarrealeño Pedro Martín-Romo, que participó en el encuentro inaugural del II ManchaNegra, festival literario sobre el género negro, que también contó con el barcelonés, residente durante treinta años en la provincia, José Manuel Serrano, que disertó sobre su última entrega, ‘Sangre y poesía’, novela con una importante carga romántica y poética, así como de contenido social en un barrio obrero de una gran ciudad como Vallecas, pero guiada como hilo conductor por crímenes e investigaciones policiales.
Moderado el encuentro ‘Novela negra local’ por el también escritor Antonio Luis Galán, ambos autores de un género que vive actualmente una “gran efervescencia” hablaron de sus referentes, preferencias y proyectos en el transcurso de una charla presencial en el Espacio Serendipia y retransmitida en directo con preguntas de asistentes online trasladadas a los conferenciantes por José Ramón Gómez-Cabezas, coordinador de ManchaNegra.
En el encuentro, salió a relucir el genial Francisco García-Pavón, capaz de generar una serie policíaca en el corazón de La Mancha donde parece que “nunca ocurre nada”, algo que también define al ‘boom’ de la novela negra escandinava con millones de seguidores de todo el mundo y caracterizada, apreció Serrano, por su significativo componente psicológico.
Martín-Romo, cuyo thriller rural ‘La noche que nació de la tormenta’ transcurre en Ciudad Real, Daimiel y Ballesteros de Calatrava y es la primera entrega de una trilogía que tiene ideada pero conforme la va escribiendo los derroteros le van llevando a nuevas ambientaciones y localidades como Almagro e Infantes, aseguró que el género que más le gusta y lee es el policíaco pero como hay muchos otros temas que le interesan como la historia, el esoterismo, lo paranormal, las leyendas, las tradiciones e incluso la meteorología, todo ello termina formando parte de su producción literaria.
En su caso, “tira de lo local” porque es con lo que “más cómodo” se siente para “transmitir sentimientos, emociones, cómo es un pueblo, qué comemos e incluso la forma de hablar”, destacó Martín-Romo, que resaltó que “a muchos les llama la atención conocer las localizaciones que ves todos los días” presentes en el argumento, aunque subrayó que, a la postre, “lo importante realmente es la trama y que enganche”.
Por su parte, Serrano ambienta en el Vallecas de 1996, buscando un entorno “universal” y extrapolable a “cualquier barrio obrero de otra ciudad”, ‘Sangre y poesía’, una novela en la que, aparte de la denuncia social presente siempre en sus obras, busca hablar de romanticismo, desengaño y amor conformista, pero lo hace siguiendo una trama de seguimiento de un crimen con corrupción urbanística y drogas. Los ingredientes de intriga y suspense le producen satisfacción al escribir y le dan aliento en el proceso de elaboración de la novela, reconoció Serrano, que confesó que con Manuel Vázquez Montalbán descubrió, como cuando te das cuenta de pronto que una vecina con la que te has cruzado mil veces es maravillosa, que la novela negra podía ser mucho más de lo que imaginaba, ya que podía ser, entre otras cosas, social, gastronómica y viajera.
Como libro favorito citó ‘Cinco mujeres y media’, de Francisco González Ledesma, una novela que en la primera página “ya te pone en tensión” hasta el punto que piensa ‘Dios mío, Dios mío, qué va a pasar aquí’, y al final descubres que “se han estado cachondeando de ti”.