“El lector lo va a pasar muy mal pero al mismo tiempo muy bien porque la historia te va llevando a sitios un poquito perturbadores y si te gusta ese tipo de novela en la que sufres un poquito y, al mismo tiempo, esos universos oscuros” es una obra más que recomendable para, por ejemplo, estar con este libro en “una noche oscura, si puede ser lloviendo, solo y disfrutar de la lectura”.
Publicada por Serendipia, es un drama que evoluciona progresivamente a thriller psicológico protagonizado por un cartero que, con un pasado traumático y sus manías y pasiones, trabaja tranquilamente en una ciudad francesa, donde se enamora de una joven “y justo después empieza a escuchar voces, hay una presencia en la cocina de su casa y cada vez tiene menos control sobre su vida, sin que el lector sepa bien qué le está pasando”.
Narrada en primera persona, de manera que “estamos todo el tiempo en la mente del personaje, no sabemos si se trata de una enfermedad mental o bien creemos en la voz, en que son agentes externos los que están actuando y, en realidad, le están pasando cosas”. Tras enamorarse de la chica y conocerse, ésta le ignora, le resulta imposible dar con ella aun viviendo en la misma ciudad, y sus amigos también empiezan a traicionarle, nadie le responde. “Él siente que los demás le aíslan pero quizás sea él el que se está aislando cada vez más”, describe Sam Valuem, quien no busca meramente misterio y acción, sino una narración con diferentes perspectivas y gusto por la palabra.
Al ser muy lector y cinéfilo el protagonista, hay en el libro muchas referencias cruzadas a otras obras literarias de autores como Dostoievski, Walt Whitman o Houellebecq e incluso la novela experimental ‘La casa de hojas’ de Danielewski, así como a películas independientes españolas, que presencia en un ciclo con sus amigos, como ‘Magical Girl’ o ‘Estocolmo’, adelanta Sam Valuem, pseudónimo de Pablo Pérez, resultante del juego de palabras en inglés ‘Some Valium’, en relación con un poco de medicada calma.