“En la vida no hay cometido más importante que ser uno mismo. No existe un viaje más importante que ir a uno mismo, a lo genuino”, que es “lo que merece la pena y podemos ofrecer a los demás”, asegura el nuevo director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) que antes perseguía ser como emblemáticas figuras de la interpretación, pero ahora tiene claro que quiere ser Lluís Homar.
A veces, tenemos que maquillarnos o disfrazarnos para mostrar, por las exigencias del mundo, resultados de éxito o fortaleza, escondiendo la parte más frágil y vulnerable, ya que “el mundo no nos invita a ser quienes somos sino a cómo deberíamos de ser”, comenta el actor y director de escena barcelonés, que asegura sumarse a la máxima de “sólo contemplo el retorno”, ir hacia “donde uno es”, lo cual no deja de ser una ocupación de vida y hace que “lo que hagamos sobre el escenario tenga más verdad”.
Esa apuesta por ser lo más plenos posible y “valedores de lo que somos” requiere mirarse al espejo del alma y no es sencillo, reconoce Homar, que en su primera temporada en Almagro al frente de la CNTC dirige e interpreta junto a Adriana Ozores ‘Alma y palabra. San Juan de la Cruz’, un espectáculo creado en colaboración con el Instituto Cervantes sobre el autor de, “si no la mejor, una de los mejores poesías de nuestra literatura”.
“Muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos tan a mano” y, en la búsqueda del alma sosegada, recurrimos a disciplinas diseminadas por el mundo, a veces espacialmente alejadas. Puede ser el taoísmo, yoga o budismo, cuando tenemos a San Juan de la Cruz y desde algo tan único y genuino como una poesía que nos da una herramienta posible y tangible de ese “viaje hacia el sosiego”.
Imprescindibles
Hay autores indispensables y San Juan de la Cruz es “uno de ellos”, como lo es Lope y su “visión poliédrica del amor”, el cual, como se dice en inglés, ‘fall in love’, también es una caída, un compromiso, una voluntad de estar en la vida de una determinada manera. Sobre Lope y el amor, como fruto del confinamiento, ha surgido ‘En otro reino extraño’, estreno de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, dirigido por David Boceta, con el que comenzará la 43ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.
En la CNTC, “estamos muy felices e ilusionados” con esta versión escénica del espectáculo online que se gestó durante el confinamiento y, aparte de la “maravillosa energía” que transmiten los doce actores que están terminando su ciclo de dos años en la Joven Compañía, el espectáculo ofrece, desde el arte del teatro, otra herramienta concreta y tangible como el amor ante “la desazón” actual, expone Homar, que subraya la riqueza y valía del teatro clásico como material que “nos habla y sirve” para afrontar el presente y el futuro.
Así mismo, se podrá disfrutar en esta nueva edición del Festival de dos coproducciones de la CNTC: una con Ron Lalá, sus exitosas ‘Andanzas y entremeses de Juan Rana’, y otra con el Institut Valencià de Cultura, el montaje ‘Tirant’ en una edición que cuenta con la valenciana como Comunidad Autónoma invitada, recuerda Homar, que felicita al director del Festival, Ignacio García, y todo su equipo, así como al Inaem y todos los patronos de la Fundación, por “no haber tirado la toalla” pese a los delicados momentos actuales y “tirar para delante de la mejor manera posible” para que se celebre este año este evento cultural. En este sentido, resalta “la disponibilidad para que esto fuera así” de la CNTC, uno de los ejes principales sobre los que sustenta el Festival.
Director y actor
La CNTC buscará abrir cada edición del Festival con el estreno de un nuevo espectáculo, señala Homar, cuya etapa podría recordar a la de Adolfo Marsillach al ser un director que es a la vez actor el que se sitúa al frente y que, en su caso, también se va a caracterizar por actuar en una de las dos aportaciones artísticas que va a realizar, una de dirección y otra de interpretación, por temporada.
Su intención no es la de “lucimiento personal”, sino más de colaborar, aportar y sumar en el escenario, indica Homar, que se reconoce como “un hombre de equipo”, con inquietud por el aprendizaje y al que le interesan, sobre todo, las personas, lo que “no va reñido con la idea de máxima exigencia y responsabilidad con lo que hacemos”. El aspecto humano es fundamental, generar un espacio de confortabilidad para exigir darnos lo mejor desde la cordialidad y alegría, expone un artista formado en el Teatre Lliure; en el espíritu de, aunque sea una iniciativa privada, la vocación de servicio público del teatro; y en la idea de que todos y cada uno de los integrantes del equipo, desde el que vende las entradas hasta el que actúa, son importantes.
De sus antecesores al frente de la CNTC, Helena Pimenta y Eduardo Vasco, destaca la “labor maravillosa” e “inmensas aportaciones” que realizaron y subraya su objetivo de acercar el legado del Siglo de Oro, el cual está a “un nivel altísimo”, como material vivo, útil, que “nos habla del ahora”, es alimento del alma, “nos sirve para armarnos como seres humanos” y que “ahora más que nunca es indispensable”. Su intención es que este “patrimonio único en el mundo” sea “la casa de todos” conectando con público de todas las edades. La Comédie-Française y la Royal Shakespeare Company son referentes en un camino en el que hay mucho por hacer, con muchísimo recorrido por delante.
Un orgullo
Para Homar, Almagro es “nuestro Stratford”, el espacio natural y la ventana al mundo de “nuestros clásicos” para la difusión de lo que hacemos y también de lo que se hace en el mundo sobre el teatro áureo español. Almagro es “una perla”, una combinación entre el impacto local, con la implicación de la ciudad que se vuelca por entero en el evento, y la difusión que tiene. Es algo similar a los Sanfermines, una ventana al mundo desde lo local. Para los amantes de la cultura y el teatro, es “un orgullo” Almagro, además del disfrute de estar en sus calles durante el Festival, asegura Homar, que estuvo la pasada edición varios días y le reportó su estancia un “subidón de adrenalina y emocional fantástico”.