El director de escena Lluís Pasqual ha recibido este jueves el Premio Corral de Comedias, un galardón que le hace especialmente feliz por “varias cosas importantes”, entre ellas, porque, “de alguna manera, yo empecé aquí. Mi primera pieza en castellano fue ‘La hija del aire’, que se estrenó en Sevilla pero el objetivo era hacerla en Almagro”.
Además, es “importante porque me lo dan unos amigos y en este gremio, como en casi todos, uno tiene muchos colegas y pocos amigos generalmente”. Con ello, “uno se siente más querido”, aunque, sobre todo, lo que le hace más feliz es el motivo de la concesión, ser puente entre la tradición y la modernidad, que, asegura, no sabe si lo ha cumplido pero para él es muy enriquecedor sentirse “el eslabón de una cadena. Nadie nace de la nada. Yo he aprendido sobre todo de mis predecesores: de los directores y actores, sobre todo con los que he trabajado y pensar que en esa cadena están desde Margarita Xirgu a Pepe Bódalo, Fernán Gómez o Núria Espert el ego crece y te anima”.
Para Pasqual, Almagro significa sus principios en una lengua que ama y lo que más le gusta es que, siendo un proyecto humilde, pequeño en los años ochenta, que hacía poca gente con mucha ilusión y pocos medios, haya crecido y adquirido el peso que tiene en esos momentos y sobre todo que se haya integrado con los ciudadanos de Almagro”.
“En los años ochenta, una cosa era el Festival y otra, los ciudadanos de esta ciudad. Ahora no, cuando volví hace cuatro años con ‘El caballero de Olmedo’ la gente reconocía a los actores, estaban contentos de ofrecerles una cerveza, iban al teatro, estaban mezclados con el público que venía de fuera y eso creo que es lo fundamental porque cuando pensamos en el teatro pensamos en un escenario pero hay que pensar en las dos partes, el escenario es igual de importante que la platea, que el público. Yo, si pudiera teletransportarme, me gustaría volver al siglo XVII no tanto para ver las funciones como para ver qué cara ponía el público”.
En cuanto a la trayectoria del Festival, “ha crecido en cantidad y calidad porque el teatro clásico no era muy habitual y ahora lo es” y también porque, siendo algo que parece lógico ahora sin que lo pareciera tanto antes, al incorporar a Iberoamérica, a otro continente. A este respecto, “tenemos la suerte de compartir el castellano con millones de personas y eso ha hecho que crezca en voces y puntos de vista muy distintos, algo que sólo tenemos nosotros”, agregó Pasqual, que avanzó que le dedicará el Premio Corral de Comedias a “una actriz que ha sido fundamental en mi vida personal y teatral, que no es lo mismo pero casi”.