Al menos las nubes dieron tregua, no llovía y los alumnos de la Casa del Cine y el Audiovisual pudieron rodar el cortometraje ‘Feroz’, bajo la dirección de Toñi Redondo, una obra sobre “el miedo que tenemos las mujeres a que nos asalten por la calle. Todo parte de una chica que está cerrando junto a su compañera el bar en el que trabajan, cuando entra un desaprensivo a molestarlas. La compañera lo echa pero al salir la protagonista para irse a su casa, se siente preocupada por si aparece de nuevo este hombre y, de hecho, aparece”, avanza sobre el corto Marina González, directora de la Casa del Cine.
“Se trata de una historia que nos pasa a las chicas mucho, el miedo que tenemos a ir por la calle solas y encontrarnos un problema, sin buscarlo, sin comerlo ni beberlo”, apunta González sobre este corto, el segundo que graban los alumnos tras un primer trabajo ambientado en la Navidad y que formará parte de una antología en torno al terror, algunos psicológico, otros más de “terror terror” y otros con toques de humor.

‘Quimera’ será otro corto que tienen previsto rodar, así como ‘Llámame’, sobre la ansiedad que causa a la generación centennial responder al teléfono cuando les llaman. Son obras en las que aplicarán los conocimientos que van adquiriendo en los distintos ámbitos de la creación de cortometrajes, a los que se sumarán los trabajos de fin de curso, de más complejidad a nivel de producción en cuanto a localizaciones, días de rodaje y personajes.
Entre ellos, estará ‘Martinico’, inspirado en la leyenda de “una suerte de duendecillo que vive en las casas y al que si les dejas, por ejemplo, sus galletas te ayuda y te lo tiene todo medio recogido, pero como lo cabrees, la puedes tener gorda”. Es decir, “como los Gremlins cuando se mojan”, avanza González sobre el contenido de este trabajo “muy dulce, a pesar de todo”.