Siete actores de Amigos del Teatro consiguieron con picardía e ironía, más el conocimiento de causa que proporciona ser de la tierra para saber lo que a veces suena a guasa, las carcajadas del público que llenó a rebosar el salón de conciertos del antiguo Casino.
En su divertido pregón, con guiños al teatro y la televisión, brindaron por el renovado entorno de la Puerta de Toledo lleno de flores y fuentes que compite en belleza con el Generalife granadino, así como por el nuevo Teatro Auditorio a medio hacer y la futura en un período muy muy próximo autovía a Toledo tras el 527.498 estudio informativo. También elevaron sus copas por la Autovía de Levante con Extremadura y las avutardas que siguen tan felices en los terrenos del aeropuerto, sin pájaros de metal que las molesten, empollando sus huevos.
Para el pregón, no hubo que traer a personajes de otros lares, aunque sí aparecieron en las intervenciones Puigdemont y sus exconsellers ya que lo mismo se dejan caer el Domingo de Piñata por el esplendor de un Desfile que atrae a numerosas personas de dentro y fuera de la región; se añoraron alicientes de estas fiestas en Ciudad Real como la carpa del Carnaval, al tiempo que se dejó entrever la sempiterna excusa de que puede que no tuviera continuidad por las molestias que pudieran sufrir los vecinos; se deseó que hubiera una multitudinaria procesión del Entierro de la Sardina y las máscaras callejeras llenaran las calles de la ciudad y se recordó el Concurso de Drag Queen.
Varios planos
En varios planos presentaron su pregón. Antonio del Río encarnó al tradicional pregonero trajeado que no para de hacer la pelota y excusarse ante los políticos; Raquel Cirujano y Pilar Collado deben tener agujetas en muñeca y antebrazo por la velocidad con la que movieron los abanicos mientras cotilleaban, gesticulaban y ponían de vuelta y media a todo ser viviente como si estuvieran sentadas en un banco de la calle; Juan Carlos Sánchez Belmonte y Javier Hernán emularon a dos tacañonas que cuales Hermanas Hurtado contabilizaron las respuestas acertadas sobre los pregoneros que han pasado por el Carnaval ciudarrealeño -recordaron, entre otros, a Antonio Mingote, Chiquito de la Calzada, Las Supremas, Paco Clavel, Fernando Esteso y con Millán Salcedo llegó la repetición-; y Juan Rodríguez de Guzmán se metió en la piel de Don Juan Tenorio que perdió el sentido por un angelote de amor como Doña Inés con barba blanca e interpretación de Paco Alberola.
Doña Inés puso picante a la relación e incluso, sopesando fuerzas, se hizo cargo de cargar con el pretendiente y las tacañonas, tras un leve despiste con la lista de la compra, declararon que es “nuestro deber y salvación” divertirse como nadie en el Carnaval ciudarrealeño y “justo y necesario” reconocer el trabajo que realizan las peñas y asociaciones de la capital en favor de estas fiestas. Así mismo, animaron a todos a participar del Carnaval para hacer una ciudad cada vez más viva y alegre y a reírse mucho ya que es el mejor antídoto contra todos los males, sobre todo los del alma.
Los actores de Amigos del Teatro recibieron un presente con la maqueta del Ayuntamiento de manos de la alcaldesa, Pilar Zamora, que les felicitó porque con su entrega y buen humor esta asociación contribuye a “hacer más grande Ciudad Real”.
Canto a África y ‘El lago de los patos’
El testigo lo recogió la puertollanera comparsa mixta ‘El viaje de mi vida’, que representó el sueño de un niño africano que quiere salvar el mar y huir de la pobreza. Con una caracterización muy colorista y étnica, la comparsa realizó un canto contra el racismo y a favor de la libertad y la unión entre pueblos, que incluyó otros temas como el amor a hijos y nietos, una oda a la música y la pasión por el Carnaval.
Los encargados de cerrar el primer acto carnavalero de este año en Ciudad Real capital fueron Los Pelendengues que presumieron de declaración hasta el punto que lamentaron la que ha montado Puigdemont con la independencia porque “no hay Carnavales como en Herencia”. Tras prepararse con los mejores profesores rusos, acudieron al antiguo Casino con el Ballet Herenciano de La Mancha ‘El lago de los patos’, en el 21 cumpleaños de un príncipe al que no le gustó “el catálogo” de bailarinas que se presentaron a la fiesta. De mariposa-elefante llegó a calificar a la primer bailarina, de manera que estimó que no la llevaban en volandas ni los costaleros de dos pasos, y el príncipe azul se llevó halagos del cortejo de la dama como que en realidad él era “tan poquita cosa”. Los tiras y aflojas entre el príncipe y su séquito y las bailarinas se sucedieron, ellas suplantaron canciones de música clásica por otras menos refinadas y más actuales y hubo ingeniosas y hasta jocosas rimas con temas como ‘la moda’ de ser vegano, la multitud de canales televisivos y adelantos como el reconocimiento facial para comprobar la propiedad de un móvil, el cual podría quedarse bloqueado ante singulares rostros como el de Rossy de Palma. La amena actuación de Los Pelendengues culminó con un beso entre el menudo príncipe y todo “un mujerón”, una canción de amor a la mujer de La Mancha y la recuperación de composiciones de otros años en las que emularon el afán de chismorrear y criticar o el vigor juvenil de la hipotenusa, además de alzar el ánimo de todos los presentes con una reivindicativa letra manchega sobre el agua.