A la parte del cuerpo femenino que “no se encuentra nunca pero está ahí, que te promete todo, la que más te puede hacer gozar y disfrutar y donde está toda la felicidad que son esas promesas que no se alcanzan y se desean siempre”, se refiere el título del primer poemario del periodista y escritor torreveño Luis Fermín Moreno, que presentará el viernes 30 de noviembre, a las 20 horas, en el Centro Cultural la Confianza de Valdepeñas ‘En ángulo muerto’, publicado por la Biblioteca de Autores Manchegos.
Con versos cargados de fuerza, vida y pasión, construye este libro de contenido existencial y amoroso que es “un paseo irónico y, a la vez, íntimo por el interior y exterior del ser humano”. Estructurado en seis partes, no cuenta con una línea temática definida, pero “sí muchas sonoridades, colores, imágenes e incluso voluptuosidades” que se repiten y “atraviesan” el poemario.
Se inicia con los poemas de tanteo, que rezuman lozanía y vigor, de ‘Nada entre los dientes’, apartado en el que habla de la intensidad del presente; los impulsos; “los anhelos curvos”; “el placer bruto, único abrelatas del alma”; y la valentía e inconsciencia de la juventud. Se define “de floración tardía”, recuerda que menos mal que “los melocotones existen” y logra que se visualice “cuando la memoria se relaja, el ballet de medusas del olvido”.
Luego llega ‘La desnudez’, la sección más sensual en la que están muy presentes el deseo y el amor “no sólo físico, que mucho, sino también espiritual. Va de lo carnal a lo espiritual”. De la desnudez del cuerpo femenino hasta culminar con el alma. “El mordisco infinito del deseo”, “la simplicidad fecundante de la entrega”, el cambio de “sangre por cloroformo”, la riqueza del anhelo y la pasión dichosa del encuentro se citan en este apartado en el que se halla el poema de ‘En el ángulo muerto de tu cuerpo’.
Le siguen ‘Deambulaciones’, con obras con “mucho de juego tanto lúdico como con el lenguaje”, de paseo y de contacto con la naturaleza y aparecen, entre otros temas, su patria en la noche torreveña, lo que sucede cuando se deja de ser feliz y libre, y la identificación con, por ejemplo, su gato Cachito y las flores que planta, para pasar, en el cuarto apartado, a ‘Platos de sombra’, parte más “metaliteraria” en la que se muestra la angustia, pese a que la acción de escribir poesía siempre la concibe Moreno desde el disfrute, de “necesitar escribir algo y no saber cómo hacerlo”, de no encontrar “la palabra o verso que buscas” que es como tratar de asir un objeto como, por ejemplo, un plato y hallar sólo la sombra del mismo, sin materia. Todo ello, desde la percepción de que se trata de un esfuerzo que cautiva porque “ensueño versos” para que “se levante una aurora en tu mirada” y, al mismo tiempo, siente, en una fabulosa imagen surrealista, cómo llega algunos días a obligar a “los espejismos a saltar como conejos de constelación en constelación”.
La acidez e ironía, a lo Groucho Marx, emergen en los epitafios del quinto apartado, en los que, en poemas cortos, enumera lo que deja en la repisa del cuarto de baño, encara la inmensa lentitud del mundo con la rapidez de la muerte y declara que la existencia es “un crimen perfecto” porque “al final todo lo que haces con el tiempo, por mucho que intentes dejar, acaba borrándose”.
El libro culmina con ‘De tripas corazón’, poema en homenaje a su amigo Dani que falleció cuando ambos tenían 21 años, obra en el que el escritor vuelca su dolor por la pérdida y pieza en la que retrata sensaciones como las del fracaso ante la exigencia del “éxito inapelable” o la frustración por no ser un ser maravilloso, cuando ser hombre es “un encuentro incesante con las carencias” y, entre otras cosas, hay que reinventar el amor y “no hay comunicación sino debajo de la piel”.
Moreno, responsable también de la editorial ‘Azul como la Naranja’, reconoce que al pudor de mostrar su universo poético le ha vencido la ilusión por publicar en la Biblioteca de Autores Manchegos, con cuyos libros empezó a leer poesía como estudiante en Valdepeñas, donde será la puesta de largo de su primer poemario con la presencia del concejal de Cultura, Manuel López, y la poetisa valdepeñera Aurora Gómez.