En estos días se cumple un año poco más o menos de la adscripción de Alcázar de San Juan al proyecto de cooperación cultural internacional Festival 7 Soles y 7 Lunas, un proyecto apoyado desde sus inicios por José Saramago y Darío Fo, que fueron presidentes del mismo en diferentes momentos.
En estos pocos meses se han producido diferentes intercambios y presencias de expresión cultural alcazareña en los demás municipios que son socios del proyecto. En toda la cuenca mediterránea y la América lusófona encontramos sedes del festival en mas de treinta ciudades. Como servicios directos en Alcázar se han recibido tres conciertos que tuvieron lugar el verano pasado en el ciclo de escenarios de verano.
Por parte alcazareña se ha dado la oportunidad a dos jóvenes cocineros que ham realizado sendos talleres gastronómicos en Ponte de sor (Portugal) y en las islas de Cabo Verde. Allí presentaron las tradiciones culinarias manchegas y aprovecharon para diseñar platos europeizados con los productos tradicionales de estas sedes de los cursillos. La experiencia según sus protagonistas directos, Jordñan Carretero y Humberto Martín, resultó muy gratificantes.
En el plano de la músicaEl Chinchilla, visitó hace poco la localidad italiana de Pontedesor en la región de Toscana, para dar un concierto en uno de los centros europeos 7 Soles y 7 Lunas.
Y en las artes plásticas, en 2016, hubo talleres creativos con Salvador Samper en Italia y Portugal con una exposición en cada país, y hace unos días Luis Ibáñez inauguró su exposición «Paisajes Inquietantes» en la ciudad portuguesa de Ponte de Sor en la que también llevó a cabo un taller creativo de artes plásticas con jóvenes y otro con seniors.
Colección
La exposición de Luis Ibáñez presenta una colección que es un ejercicio de madurez cultural contemporánea. El artista se aleja de los circuitos comerciales y las exposiciones habituales con importantes estancias en países europeos. De sus estancias de los últimos años en diferentes países cabe destacar la francesa, en la que ha producido mucha obra.
Vida cotidiana
Esta pintura de Ibáñez está centrada en el estudio de la soledad y la vida cotidiana. Una forma de encontrar al personaje, en su coincidencia con la realidad para comprenderla y formar parte de ella. Pero con una característica muy especial: el panorama artístico, de la obra de Ibáñez, se completa con la presencia del espectador. Solo tiene sentido cuando el espectador está frente a la pintura; entonces el discurso artístico de Ibáñez se convierte en pleno, dado que el espectador forma parte del marco artístico.