A. R.
Ciudad Real
Tres hombres y un destino, el de seguir soñando, vuelven a verse las caras prácticamente veinte años después en el gimnasio al que acudían de jóvenes y ese reencuentro se convierte en un ring en el que no paran de confrontarse aquello con lo que soñaban y lo que han hecho durante las dos últimas décadas, estallando los conflictos y retornando los roces por los que se separaron para afrontar sus proyectos vitales.
Este reencuentro de tres amigos de juventud, ahora ya ‘Maduritos’, acaecerá hoy y mañana en La Sensación a las 22 horas de mano de la compañía castellano-manchega Producciones 099 que propondrá una obra de Tomás Afán Muñoz plagada de guiños a la actualidad y que tiene el humor negro como uno de sus principales ingredientes, comenta Aníbal Fernández Laespada, quien da vida a Fran, quien soñaba con ser jugador del Manchester United, modelo de pasarela o triunfar en el cine y regresa al gimnasio como un especulador inmobiliario “sin un duro pero con aires de grandeza”.
Su amigo García, interpretado por Nacho Sánchez Pascual, estaba enamorado de la chica con la que al final se casa Fran y ahora es un funcionario, con tres hijos, separado y sin casa, por lo que se ha instalado en el gimnasio para pasar las noches, mientras que Jota, encarnado por César Gómez Galán, soñaba con ideales políticos que le iban a conducir al Berlín oriental, aunque cuando justo iba a emprender su anhelado viaje cayó el Muro y ya con más de 40 tacos es un ‘sin oficio’ en el limbo que ha vuelto a vivir con sus padres.
Simbología
La crisis de los 40, en relación con lo añorado y finalmente trazado, está presente en una producción con la que, asegura Fernández Laespada, “también se identifican mucho las mujeres” y que cuenta con un texto que atesora “mucha poética y simbología” presentando a los tres amigos, con música de Ennio Morricone que traslada al lejano Oeste, como si fueran tres cowboys cuyas monturas son bicis de gimnasio “pedaleando mucho sin llegar a ningún sitio”. Pese a todo, los tres amigos se “siguen queriendo” y es el amor donde se sitúa la esperanza con un destino que se concreta en seguir soñando.