Lanza / Ciudad Real
La daimieleña recalcó la importancia del trabajo en equipo, del compañerismo y de la risa como mejor medicina en la que definió como “la menos dura de la labores del campo”. El teatro Ayala acogió en la noche del viernes esta cita que dio el pistoletazo de salida al segundo fin de semana de actividades que FEDADA (Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel) ha organizado para festejar unas fiestas que pretenden poner en valor tradiciones y costumbres que están desapareciendo.
El recuerdo del primer sueldo obtenido por ir a vendimiar, la importancia del trabajo en equipo y del compañerismo o la risa como la mejor medicina… son solo algunos de los recuerdos de la vendimia que puso en valor la daimieleña Mari Paz Martín Pozuelo en el pregón inaugural del segundo fin de semana de actividades de la octava edición de la Fiesta de la Vendimia. El teatro Ayala acogió en la noche del viernes esta cita, una de las principales organizadas por FEDADA (Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel) para festejar unas fiestas que pretenden poner en valor tradiciones y costumbres que están desapareciendo.
La Doctora en Filosofía y profesora en la Universidad Carlos III de Madrid hizo un repaso por su niñez y juventud, “muy ligadas” a la que ella denominó “la menos dura de las labores del campo”. En ese sentido, recordó como su madre fue la primera pareja de vendimia que tuvo “trabajaba por ella y por mí” apuntó, y destacó la “fuerza que históricamente han tenido las mujeres” en estas labores del campo: “sus jornadas empiezan mucho antes que la de los demás, y terminan más tarde también”, explicó.
Lo hizo en un emotivo pregón en el que tuvo cabida la reivindicación por la “pérdida de derechos laborales que estamos atravesando estos días” o el amor: “la vendimia me regaló una pareja para toda la vida, me regaló a Andrés, mi marido, el padre de mi hijo, y aquí seguimos vendimiando la vida”, explicó durante una velada en la que se resaltó el “esencial” papel que juega FEDADA en estas fiestas.
“FEDADA supo implicar a todas las las asociaciones y sacarlas a la calle, con ese valor agrícola eso es de agradecer”, comentó el alcalde de Daimiel, Lepoldo Sierra. El primer edil también hizo hincapié en la “especialización de nuestro caldos” como manera de distinción a nivel mundial “Daimiel es un pueblo eminentemente agrario que ha evolucionado. La agricultura sigue teniendo un peso importante pero esa evolución deja imágenes completamente diferentes en nuestros campos: sin a penas vendimiadores ni cuadrillas, con una producción más mecanizada y mucho mayor. En este proceso debemos buscar el camino de la especialización porque a través de él encontraremos la distinción que caracteriza a unos pocos. Siempre han salido buenos caldos de nuestra tierra, esa es la línea y la experiencia de la que debemos aprender”, concluyó.