Madrileña con raíces manchegas y levantinas, afincada hace tiempo en Ciudad Real, se define como una pintora “nóbel”, en continuo aprendizaje, y muy permeable a nuevas inspiraciones.
Aunque tiene formación jurídica y trabaja en el mundo del derecho, desde siempre se ha sentido “artista”. La música, el flamenco, la pintura… forman parte fundamental de su vida.
En 2013, se inicia en el mundo de la pintura casi por casualidad. Recibe sus primeras clases de la pintora manchega Rosa Salinero. Posteriormente recibe formación en la Academia de Arte Taller del Prado, en la calle Gran Vía de Madrid.
Pintora intuitiva, sensible y espiritual, intenta plasmar en sus cuadros las emociones y sentimientos que las cosas y hechos provocan en ella. Todas sus obras, a través de la abstracción, buscan un sentido y quieren transmitir la fuerza de la pasión que en ella provocan los acontecimientos de su vida o sus estados de ánimo.
Los cuadros de esta exposición, realizados con acrílicos, sobre lienzo y de diferentes formatos, muestran diferentes técnicas, desde estampaciones a distintas texturas y relieves, así como una gama cromática que va desde el tostado al rojo, pasando por los ocres y marrones, manteniendo siempre un equilibrio entre emoción y razón, entre color y armonía.