A. R.
Ciudad Real
Sintética, minimalista, condensada y conceptual, la poesía del daimieleño José Juan Martín-Gil Córdoba no está hecha para ser devorada, sino para ser digerida lentamente. Aunque sus poemas sean breves, apenas en algunos casos de dos, tres o cuatro líneas, requieren de su tiempo, de un silencio de asimilación, siendo significativos los espacios en blanco del resto de la página desprovista de todo que invitan a “la reflexión e incluso a la contemplación”.
Martín-Gil presentará el próximo jueves 9 de febrero, a las 20 horas, en la librería Casa Ruiz Morote, sita en la calle Libertad 3, el poemario ‘La carne iluminada’, una obra que invita a “desprenderse y a preguntarse a uno mismo”. Se trata de un ejercicio de desnudez material e inmaterial ya que “somos materia de luz, que es la única real al final, la luz del conocimiento de la existencia y la brevedad de la misma”.
En la obra, que aparece con el número 92 de la Colección Literaria Ojo de Pez de la Biblioteca de Autores Manchegos (BAM), Martín-Gil busca “comprender la propia naturaleza de lo real”, encontrándose, por un lado, “con la carne, que es frágil y finita” y, por otro, la iluminación, la posibilidad de trascender esa finitud cuando “sobrepasas el ego”, llegando a “un equilibrio entre el yo y la naturaleza, de la que formas parte al igual que ella de ti”.
De la experiencia interior, y no de la reflexión puramente intelectual o filosófica, proceden los en torno a 80 poemas reunidos en esta obra estructurada en cinco secciones y que se abre con ‘La sombra y el anhelo’, apartado en el que refleja una serie de vivencias interiores que “se han tenido, se han perdido y se quieren recuperar”. La segunda sección es ‘Hacia otra claridad’, en la que muestra el ansia y aspiración de buscar otra respuesta a lo que somos; y en la tercera, ‘Cuerpo de dios’, plasma la finitud del cuerpo y la plenitud del perecer.
Influenciada por su experiencia del budismo zen, la cuarta sección se titula ‘Huésped de la luz’ y en ella intenta transmitir la soportabilidad de la fragilidad del ser que se obtiene al transcender el yo, el cual está hecho de experiencias, pensamientos, sentimientos y emociones, pero que, “en realidad, se identifica con el proceso de la naturaleza, forma parte de ella”. Culmina el poemario con ‘Palabra en extinción’, sobre la imposibilidad de plasmar en palabras la experiencia de qué somos, que es algo “inenarrable, en este caso, inversificable”.
En equilibrio
Sentimiento amoroso a la vida, estoicismo y contradicción, con oposiciones que no se anulan las unas a las otras, aparecen en esta obra donde el todo y la nada, el vacío y la plenitud están “muy presentes pero en equilibrio”, comenta el autor, que reconoce en su obra influencias de conceptos del budismo zen y de los místicos occidentales, sobre todo, de San Juan de la Cruz, y entre sus referentes cita a Juan Ramón Jiménez -fundamentalmente en su despojada y desnuda última etapa-, José Ángel Valente, Ada Salas y los textos de la tradición zen.
‘La carne iluminada’ es la tercera obra que publica Martín-Gil, tras el libro de carácter histórico ‘Como las aguas de Siloé. El Carmelo Teresiano y Daimiel’ y el también poemario ‘Dominio de la muerte’. En la puesta de largo de su nuevo libro participarán el jueves el vicepresidente de la Diputación, David Triguero, y el escritor y maestro jubilado Jesús Mora.