Los variados ritmos percutidos de diferentes continentes actuaron y llegaron las precipitaciones con goterones que si no melocotones parecían albarillos justo a la hora del último pase el martes en Almagro. Media hora, con el respetable bajo los soportales de la Plaza Mayor, se retrasó la función que podía haberse demorado más en el Corral de Comedias si llega a ser verdad que había que aguardar la entrada de la madre de una de las actrices mexicanas que se había equivocado en el trayecto y andaba como cerca por Marruecos.
Como una gran fiesta de la mano de los Juanes, el sexteto de Carro de Comedias de la Unam conformado por cuatro actrices y dos actores defendió en tríos musicales el resplandeciente tesoro alarconiano y de Sor Juana Inés de la Cruz para decantarse entre el repertorio novohispano por la representación de ‘La verdad sospechosa’, obra en la que en muchas ocasiones ellas hicieron papeles masculinos y al revés.
Como el Príncipe de Bel-Air, con llamativos toques verde fluorescente en su vestuario, gran facilidad para la fulgurante pose e inapelable flow, regresó de sus estudios en Salamanca Don García, poseedor de una fecunda inventiva que pone a todos del revés. Hasta el propio Tristán, criado que trata de enderezarlo a instancias del padre del joven, se queda aturullado con sus continuos camelos. Jacinta y Lucrecia, dos pijas muy pijas, dadas a chillar al unísono de felicidad al tiempo que estiran hasta el infinito los dedos de las manos o doblan de entusiasmo la pierna tocando el talón del pie con el muslo, son víctimas perfectas de los enredos desenfrenados del locuaz mozo que, para deslumbrar o escaquearse de imposiciones, se inventa desde una gran fiesta con toda clase de pirotecnia hasta un fingido casamiento relatado a través de un sketch charlotiano.
Con un látigo que suena al lanzarlo como si en lugar de tocar aire golpeara un petardo, el padre, don Beltrán, trata de enderezar la situación y desenredar los líos que con pasmosa facilidad y también placer monta su hijo, un mentiroso compulsivo que finalmente será víctima de la confusión.
Un piloto de avión que reparte misivas de amor, así como rancheras y mariachis para rondar a las damas y narrar de forma lúdica episodios, forman parte de un montaje con muchos gags, implicación activa del público y una puesta en escena de ágil y festivo ritmo
Bajo la dirección de Álvaro Cerviño, el dinámico y alegre espectáculo se llevó un largo aplauso del público que disfrutó de este montaje al que sucederá este miércoles 24 de julio, a las 22.45 horas, en el Corral la puesta en escena de ‘Los empeños de una casa’ por parte también del Carro de Comedias de la Unam.