Más de un millar de personas pasaron por el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo Lazarillo de Manzanares. La dirección hace una valoración “muy positiva” de la cuarenta y tres edición, que cerró el domingo con una cantidad de público “similar” a la del año anterior, pese a optar por un teatro más social.
La manzanareña Míriam Rodríguez termina su etapa como directora del FITC Lazarillo “muy contenta” tras organizar la edición “más personal” de las cuatro que ha dirigido. Entre sus grandes propuestas estaba reforzar la programación de microteatro y dar espacio al teatro social.
Los montajes innovadores de pequeño formato fueron la semana pasada los más exitosos. Tanto la compañía La Líquida con el teatro gastronómico ‘Hambre’, como los tres espectáculos de la sala madrileña Microteatro por Dinero, consiguieron agotar todas las entradas en el hotel El Cruce y el Centro Ciega de Manzanares.
Lazarillo levanta al público con teatro social
Sin tanta espectacularidad, el FITC Lazarillo salió también bien parado de su apuesta por un teatro social menos comercial, según reconoce Míriam Rodríguez, “un teatro que no siempre funciona tan bien en taquilla, pero que tiene que ser la esencia de este tipo de festivales”.
Con ‘Iván y los perros’ de La Pavana y ‘La mirada del otro’ de Proyecto 43-2, el FITC Lazarillo mostró su interés por mostrar el teatro más reflexivo, pedagógico, como herramienta para “abrir mentes”. “Tuvimos riesgo y conseguimos que el público del Gran Teatro se pusiera en pie el viernes y el sábado”, comenta Rodríguez.
Detrás de Proyecto 43-2 en los tres últimos años, la obra inspirada en los encuentros de ex etarras con víctimas del terrorismo fue la más arriesgada de la programación. Sin embargo, Míriam Rodríguez destaca que “el público salió muy emocionado y nos dio la enhorabuena”. De hecho, la compañía hizo referencia al respeto que mantuvieron en todo momento los espectadores, que demostraron “estar formados en teatro”.
Aparte, el festival volvió a cuidar al público familiar y a los niños, que respondieron con aplausos a la representación de ‘Historia de una semilla’ por La Maquiné y al teatro de calle. Míriam Rodríguez expresa que “es importante mantener un espacio para la infancia, que no siempre en los festivales tiene su lugar, y que también disfruta de menos representaciones a lo largo del año”.
Tras agradecer el patrocinio un año más del Ayuntamiento de Manzanares y de la Diputación provincial al FITC Lazarillo, la directora aprovecha para agradecer el apoyo de las empresas y comercios de la localidad, al igual que a todas las personas que han colaborado en su desarrollo.
Rodríguez elige más microteatro
Bajado el telón, Lazarillo TCE estará centrado en las próximas semanas en la puesta en marcha del nuevo curso de las escuelas de teatro y en preparar una función para las Jornadas Medievales. Míriam Rodríguez afirma que probablemente hasta después de Navidad no elegirán a la nueva dirección del FITC, aunque admite que “hay gente para largo y cada vez más preparada”.
Para Míriam Rodríguez, el FITC Lazarillo tiene que consolidar el microteatro, “que debe crecer, afianzarse como sección propia y dar al público más variedad”, porque en esta edición “se ha vuelto a quedar pequeño”.
Además, Míriam Rodríguez reconoce que en la 43 edición “ha quedado claro que no pasa nada por introducir más teatro social, emocional e íntimo”, y para ella es el futuro, “lo que la gente demanda, un teatro diferente al que se consume en invierno y que es más inaccesible”. Míriam Rodríguez deja la dirección, pero seguirá en el equipo probablemente dentro de la comunicación.