“No tengo pensado volver a la Bataclan. A no ser que vaya un grupo que me guste”, ha afirmado el daimieleño Ramón González en una entrevista a ‘El Confidencial’ con motivo de la publicación de su primera novela ‘Paz, amor y death metal’, un testimonio en primera persona de los atentados yihadistas en la sala Bataclán de París.
El libro, que empezó a escribir dos semanas después de los atentados, comienza con su primer recuerdo de aquellas terribles horas. El consejo de una psicóloga y la necesidad de “sacar de dentro” todo lo que martilleaba su cabeza le motivaron a hacerlo. “Los días posteriores no podía dormir ni concentrarme, pero me senté, empecé a escribir y fue la mejor terapia para canalizar toda esa energía que andaba muy revuelta”.
El 13 de noviembre de 2015, junto a su novia y una pareja de amigos, “debió de ser el instinto lo que me tiró al suelo, porque no recuerdo haber tomado la decisión de manera consciente”. Así comienza González la parte del relato en la que los terroristas entran en Bataclan. Como ha explicado para El Confidencial, en las siguientes páginas, continuará con unos angustiosos capítulos en los que se une a la marabunta humana que trataba de escapar de la sala, se golpea en el suelo, llora, grita y consigue esconderse en una habitación hasta que pasa el peligro.
El libro tiene espacio para críticas a reconocidas personalidades. Como cuando Carlos Herrera firmaba un ‘selfie’ delante de la sala parisina tres días después del atentado: “Frente a la sala Bataclan. Amanecerá. Siempre vuelve a amanecer”. González lo recuerda: “No puedes hacerlo, igual que no nos lo haríamos delante de los trenes de Atocha. Hasta su comentario era ridículo”, dice, y recita el “Siempre vuelve a amanecer”. “Ya se llevó lo suyo con los memes”, ríe.
Igualmente relata en el digital que en uno de los capítulos también carga contra Arturo Pérez-Reverte y sus controvertido tuits. “Interesante, el deseo de vivir del ser humano. ¿Y si los centenares de la discoteca se hubieran abalanzado sobre los del Kalashnikov…?”, publicó el escritor. En el libro, González se deshace: “En ese momento lo único que deseaba era tenerlo delante de mí. Deseaba pelear a puñetazo limpio con él, partirle la cara”. Ahora explica que fue una de las cosas que más le sacó de sus casillas. “Me molestó porque hubo gente que dio la vida por su pareja, hubo mucha fraternidad y está hablando sin conocer los detalles. Uno de manera fría puede decir que eran 1.500 contra tres, pero tres que llegan por detrás y con kalashnikovs. Todo en esos tuits está equivocado”.
El libro será presentado este sábado en el Espacio Fisac de Daimiel (12:00 horas) .