Sublime a sus 89 años, Pedro Iturralde puso en pie el aforo repleto del Quijano que agradeció con entusiasmo la oportunidad de presenciar a un icono del jazz. El músico y compositor navarro no sólo maravilló con el saxofón y el clarinete, sino que entre canción y canción impartió una máster class sobre el jazz y sus relaciones con otras músicas.
Acompañado de Mariano Díaz al piano, Richie Ferrer al bajo y Daniel García Bruno a la batería, Iturralde dio muestras de su maestría con una amplísima capacidad expresiva, dejó claro que al que “le gusta el jazz le gusta la riqueza armónica” y recordó su lucha por renovar la armonía tradicional. Siendo “muy chaval” se enamoró de la música americana y el jazz, afirmó Iturralde, que confesó, pese a ser reconocido como un gran saxofonista, su pasión por el clarinete que también desde muy joven empezó a tocar, además de lo agradecido que está a composiciones como el Bolero de Ravel que le permitió realizar múltiples giras internacionales.
Habló de la frescura y creatividad de la improvisación, que posibilita al solista hacer lo que quiera en el marco de una estructura rítmica armónica; del libro ‘324 escalas para la improvisación de jazz’, basado en su trabajo; y de su último álbum ‘Entreamigos’, del que tan sólo llevó treinta ejemplares que se agotaron en un santiamén a la salida del concierto y del que tocó temas como ‘Sophisticated Lady’, de Duke Ellington.
Una cálida iluminación que combinó rojos, azules, morados y violetas, similar a la de los clubes nocturnos de jazz, ambientó la velada en la que Iturralde, entre otras piezas, interpretó magistralmente, sólo junto a la batería, el ‘Concierto de Clarinete de Artie Shaw’ y todos los músicos, con momentos para cada uno de exhibición elegante, virtuosa y enérgica, deleitaron con la magnífica ‘Suite Helénica’ de aires mediterráneos e inspirada en las tradiciones de Grecia.
Escuchando a Manolo Caracol dijo Iturralde haber aprendido a tocar un martinete, deliciosa combinación de jazz y flamenco que enlazó con el emocionante saxo de ‘Recordando a Turina’, para culminar con la no menos fabulosa interpretación con el clarinete de ‘Las hojas muertas’, de Joseph Kosma, y poner el broche final a la XIII edición del Festival Internacional Universijazz de Ciudad Real.