La amistad de Pepe Carretero con María Moreno y Antonio López dura treinta y siete años, el pintor y escritor asegura que «Mari es la persona más bondadosa que he conocido en mi vida. Y no se trata de una alabanza vana en su muerte, tengo relatos y otros escritos en los que muestro lo que siento en ese sentido».
Mari Moreno, prosigue explicándonos el artista «es una pintora maravillosa, que ha descuidado un poco su trabajo por ayudar a Antonio, y que aporta mucho a la pintura. Perteneció al grupo de realistas, pero si miras cualquiera de sus catálogos se observa un realismo sutil, etéreo que es una verdadera maravilla. La pintura de Mari tiene mucho de mística, es una ensoñación». Carretero recuerda una exposición que tuvo lugar en Valladolid hace un par de años, “Realistas”, en la que «sobresalían unos dibujos en blanco y negro de Córcoles, una finca de Antonio cerca de Pinilla. Tenía una sala con sus dibujos que era verdaderamente impresionante, dibujar con esa maestría, poca gente lo ha podido hacer y ella lo ha hecho».
Pepe Carretero, emocionado, insiste en que la muerte de Mari «es una verdadera pena, por lo que ha ayudado a Antonio, por la familia y por la vinculación de Antonio con Tomelloso. Lo que tiene que prevalecer es que era una persona excepcional y una pintora genial». El artista nos desvela que se estaba preparando una exposición de María Moreno «que no sé si sigue en pie, pero que espero que algún día se lleve a cabo para que se valore realmente toda la obra de ella».
Carretero formó parte muy activa de la exposición de María Moreno en la galería Claude Bernard en París «Bernard, que fue el descubridor de los grandes pintores del siglo XX, compró toda la obra de Mari. Ha sido galerista de Giacometti, de Freud, de Antonio López… y como no podía ser de otra manera se enamoró de la obra de Mari y la compró íntegra».