A. R.
Ciudad Real
El arquitecto Diego Peris presentó ayer en la Escuela de Arte Pedro Almodóvar el libro ‘El espacio religioso de Miguel Fisac’, editado por Serendipia y en el que hace un recorrido por la interesante obra de Fisac y sus “realmente espléndidas” aportaciones arquitectónicas que, al mismo tiempo, sirve para describir la evolución vivida desde los años 40 a los 90 en el país, la Iglesia y la propia arquitectura.
El espacio religioso tiene un “atractivo importante” en Fisac, considerado uno de los arquitectos importantes del país de la segunda mitad del siglo XX, porque es un hombre que vive la religiosidad de una forma muy personal, indicó Peris, que recordó que el autor daimieleño fue miembro del Opus Dei y luego tuvo una intensa relación con órdenes religiosas que propiciaron creaciones de gran modernidad como las que construyó para los dominicos en Valladolid y Alcobendas.
De esta forma, comenzó a adelantarse al cambio de mentalidad del Concilio Vaticano II que propició templos más participativos en los que los fieles tienen un papel más importante, señaló Peris, que también resaltó la iglesia “llena de luz” que hizo para los carmelitas al final de su trayectoria, Nuestra Señora Flor del Carmelo.
El acto de presentación del libro contó con la presencia de la viuda de Fisac, Ana María Badell, y la participación del responsable de Serendipia, José Luis Sobrino, y los también arquitectos Alberto Ibáñez, José Rivero y Ramón Ruiz-Valdepeñas, quien calificó a Fisac como un creador “innovador, comprometido y autor de espacios que conmueven”.
