Veinticinco instantáneas en blanco y negro, buena parte de ellas primeros planos, integran la muestra que se puede visitar hasta el 26 de mayo y a cuya inauguración asistieron el alcalde, Francisco Cañizares, y el concejal de Cultura, Pedro Lozano.
Las realistas imágenes son el resultado del servicio ‘Rostros de vida’ que Pradas ofrece a las familias y que incluyen entrevistas con las que conoce más a las personas retratadas y éstas “se abren más” a mostrarse delante de la cámara como son. De esta manera, proporciona a las familias un documental sonoro y visual, elaborando un vídeo con las fotografías y el audio de las entrevistas.

En la muestra, entre otros, se encuentra Teresa, de cien años, con las manos entrelazadas en el sillón junto a la ventana donde le gusta sentarse; la bondad y humanidad en la mirada de Pantaleon apoyado en su garrota; o Víctor y su padre, sonriéndose frente a frente, enfrentados como el ying y el yang, con una grieta entre ambos en la pared del fondo en el lugar donde guardan los tractores.
También están Mónica con su rosario en la mano; Carmen ante su nogal, su lugar de retiro espiritual; el optimismo de Paqui y la entrañable foto de María y Heriberto, matrimonio que lleva cincuenta años casados.

Valores, actitudes y comportamientos, que “no sabemos que tenemos y son heredados de atrás”, aparecen en estas instantáneas que son “historias vivas”.
Lozano elogió la pulcra calidad técnica de Pradas, en cuyas obras hay un viaje de introspección. Pradas va más allá de quedarse en el retrato, sus fotografías tienen un relato, un reportaje y “nos hablan de nuestra historia”.