Robe Iniesta, líder de Extremoduro, llegó la noche del viernes a Daimiel y lo hizo encandilando al público asistente en el auditorio del pueblo de las brujas, donde la gente coreó, bailó y disfrutó al ritmo de las canciones de sus discos en solitario y alguna canción clásica del grupo Extremoduro.
El público, de pie, cerveza en mano y camiseta de Extremoduro para meterse en el papel de fieles seguidores de ‘Extremo’, disfrutó de la música de este cantante de culto que lleva haciendo las delicias de los más rockeros desde el 87, aunque el «nivel rockero» haya descendido casi por completo.

Ahora, Robe canta en solitario, dejando atrás la banda y ofrece una versión más íntima, pero no menos intensa de sus versos con un alto contenido de belleza reivindicativa.
El músico, que en esta gira, ‘Bienvenidos al temporal’, presenta sus dos creaciones en solitario, ‘Lo que aletea en nuestras cabeza’s y ‘Destrozares’, comenzó un concierto con ‘El cielo cambió de forma’, uno de los temas más complejos de su carrera en solitario, para seguir con ‘Querré lo prohibido’, la cual supuso uno de los momentos más emotivos del concierto.

‘Y rozar contigo’ y ‘Por encima del bien y del mal’, hicieron vibrar al público cuando el plasenciano estaba a punto de poner su punto y final al concierto y poner rumbo a Albacete, donde actúa este sábado.
El broche final del concierto llegó cuando el extremeño entonó la canción ‘Si te vas’ de su grupo Extremoduro, canción hecha himno que todo el mundo cantó con él.

En definitiva, un Robe más melancólico, más íntimo y más tranquilo, como sinónimo de que los años no pasan en balde tampoco entre los grandes artistas, pero la esencia sigue viva y sus fans más aún.