Dedicada al apóstol sobre el que Jesús construyó la Iglesia, este templo alberga muchas historias estrechamente relacionadas con Ciudad Real, narradas por la arqueóloga Mónica Felipe Martíinez, quien firmó ejemplares el viernes en la Feria del Libro, donde el martes ofrecerá una conferencia en la sala baja del Ayuntamiento.
En el libro ‘San Pedro, historias de su historia’, publicado en la colección ‘Ciudad Real Ensayo’ de Serendipia, Felipe describe, por un lado, la evolución histórica y arquitectónica del templo con sus fases constructivas y, por otra, su estrecha relación con la ciudad.
Mandada construir por “las familias más poderosas de Ciudad Real que vivían en el entorno de la Plaza Mayor y el Torreón”, esta iglesia custodia el sepulcro yacente del chantre y confesor de la Reina Isabel la Católica, Fernando de Coca, obra muy parecida al famoso del Doncel de Sigüenza y que se atribuye a la misma escuela, en una capilla con un retablo de alabastro de enorme valor artístico, destaca Felipe, que, entre otras muchas cuestiones, narra cómo San Pedro albergó las reuniones del Ayuntamiento cuando se quemó la Casa Consistorial a finales del siglo XIV.
La segunda procesión del Domingo de Ramos, ya que “no se celebraba sólo la de la Catedral sino también la de San Pedro hasta que el Obispado de Toledo decidió dejarla solo en una”; la relación con la Inquisición al estar ubicada en la zona donde hoy es Hacienda la cárcel y los reos la noche antes de los juicios de autos de fe rezaban ante la Puerta del Perdón mirando al Cristo del Perdón y las Aguas; los redondos contrafuertes de la calle Lanza de la reforma del templo afectado por el terremoto de Lisboa; o cómo el reloj de su torre fue el único que tuvo la ciudad durante “mucho tiempo”, son algunas de las cuestiones que se abordan en el libro sobre un templo que, por otra parte, fue garaje de tanques del Batallón Torres de Valdepeñas durante la Guerra Civil.