A. R.
Ciudad Real
Aparejador de profesión y de familia de alarifes, escribió una primera novela autobiográfica para su hija narrando lo ocurrido desde que conoció a la madre de la niña hasta que ésta nació. La experiencia le pareció satisfactoria y le animó a abordar un nuevo proyecto en el que sumar sus conocimientos de la construcción y su afición por la historia.
Así comenzaron a fraguarse las energías para crear ‘El abrigo de la corona’, primera entrega de una saga de novelas históricas que Domingo Sánchez Parra tiene previsto realizar sobre Ciudad Real, desde su fundación hasta la actualidad.
Editada por Serendipia y presentada ayer en el salón de actos de la Escuela de Arte Pedro Almodóvar, la novela ‘El abrigo de la corona’ sitúa al lector en la segunda mitad del siglo XIII para describir una Villa-Real en construcción, tras la concesión de la Carta Puebla por Alfonso X el Sabio.
Con un estilo realista y dinámico y la preferencia por los diálogos para narrar los acontecimientos de forma directa por los personajes, la novela gira en torno a lo que le sucede a una familia de constructores de la época para, de esta manera, reflejar cómo se va conformando la sociedad de lo que hoy es Ciudad Real y creando las nuevas construcciones como murallas, puertas y barrios.
El 90 por ciento del esfuerzo para la creación de este libro se corresponde con trabajo documental, reconoce Sánchez Parra, quien ha cuidado mucho la elección de los nombres de los personajes de ficción quienes interactúan con las personas influyentes de la época a lo largo de la trama de una novela en la que hay intriga, amor y una “fuerte carga emocional”.
La convivencia entre las culturas cristiana, judía y musulmana, así como el pujante poder de la Orden de Calatrava aparecen en esta novela histórica sobre los orígenes de Ciudad Real, escrita con un lenguaje accesible para lectores de todas las edades, ágil ritmo, que cautiva desde las primeras páginas con la sucesión de múltiples acontecimientos y que anima a conocer la historia de esta ciudad, valorarla y cuidar de su legado.