Carlo Gozzi mezcla por un lado la farsa y lo trivial y por otro lo poético, con diferentes registros de habla, para crear el universo mágico y de hadas, aunque también con un gran poso filosófico, de la obra L’Oiseau vert (El pájaro verde), que la compañía francesa de Sandrine Anglade representará mañana y pasado, a las 22.45 horas, en el Teatro Municipal.
Será la primera vez que se escenifica por una compañía profesional esta obra en España de un autor considerado por los románticos alemanes como “el Shakespeare italiano”, comentó Anglade, que reivindicó el legado de este creador, que también está muy poco traducido y publicado en Francia, mientras que sus obras se representan con asiduidad en el mundo anglosajón.
Se trata de un texto “muy loco” y mágico, que incorpora la tradición de las máscaras y la energía de la Comedia del Arte, agregó Anglade, que resaltó que Gozzi era un “gran intelectual” conocedor de las principales corrientes filosóficas y refleja en los personajes a autores como Maquiavelo, Spinoza y la filosofía del siglo de las luces.
En el fabuloso caleidoscopio que crea, hay una amplia variedad de registros ya que en el texto original el propio pájaro verde habla en verso y los personajes de la comedia en un dialecto veneciano. Nathalie Fillion ha sido la encargada de la traducción y adaptación de la pieza, incorporando textos en las partes que deja Gozzi a la improvisación de los actores, a lo que la producción ha añadido música italiana de variedades de los años 60 y 70 que recrean la vitalidad de las antiguas canciones con las que se representaba en sus orígenes la pieza.
Diferentes espacios
La obra transcurre en varios espacios como el situado bajo tierra debajo de la pila de una cocina, donde fue enterrada viva la princesa Ninette, quien, aunque todo el mundo piensa que está muerta, vive alimentada desde hace 18 años por un pájaro verde. También se desarrolla en el palacio donde reside la malvada reina, y la carnicería de Truffaldino y Sméraldine, quienes han criado durante estos 18 años a los hijos gemelos de Ninette, a los que encontraron abandonados en un río.
A los dos adolescentes les interesa la filosofía que han leído a retazos en hojas utilizadas para envolver salchichas. No la han comprendido muy bien y al principio estiman que “si hay amor no hay filosofía”, indicó Anglade, que resaltó que la pieza es el viaje de búsqueda de identidad de estos dos jóvenes, durante el cual se encontrarán con personajes increíbles como una estatua que habla y les ayuda a encontrar el palacio y deberán superar pruebas como cruzar el jardín donde está la manzana que canta y el árbol que baila.
La pieza, en la que hay historias paralelas que suceden por debajo y por encima de la tierra, se llama El pájaro verde, porque este personaje es el que tira del hilo del destino y es al que tienen que encontrar los adolescentes para conocer el secreto de su identidad, aunque también le mueve su propio interés, ya que se trata de un príncipe convertido en pájaro que busca recuperar su primera condición.
Para resolver con creatividad y economía de recursos la ubicación en los distintos espacios de la trama, Anglade indicó que utilizan un cuadro de luces situado en el centro del escenario, que se corresponde con el espacio de Ninette y que se eleva, gira y oscila favoreciendo, a su alrededor, la ambientación de los diferentes lugares en los que se interpreta la obra, en cuyo vestuario destaca la utilización de elementos metálicos que brillan al ser iluminados.
Por su contenido filosófico es una obra muy recomendable para adultos y al mismo tiempo es una pieza para niños, señaló Anglade, que indicó que durante su gira en Francia han disfrutado del montaje espectadores desde los 8 hasta los 100 años.