Así lo recordaron el ex alcalde, Lorenzo Selas, y el ex director de los Museos Municipales, Francisco Javier López, en el ciclo dedicado al artista ciudarrealeño con motivo del centenario de su nacimiento. Selas trasladó mentalmente a los presentes a la época de la primera Corporación democrática, en la que apenas como instalaciones culturales estaban la Casa de la Cultura del Prado y los Bajos del Ayuntamiento en una ciudad en la que, en los años sesenta y setenta, se derribaron emblemáticos edificios que no estaban catalogados ni protegidos en pro de una supuesta modernidad.

Todo parecía indicar que también iban a ser víctimas de la piqueta el antiguo Casino y la Casa de Hernán Pérez del Pulgar, edificios que el Ayuntamiento logró recuperar en los años ochenta, como también hizo con el antiguo Cine Quijano, además de crear Auditorio de la Granja, recordó Selas, que indicó que el edificio que hoy es el Villaseñor era una ruina ya que la propiedad llevaba ya muchos años sin atenderlo pensando que terminaría siendo demolido para construir viviendas.

Por doce millones de pesetas se compró y con Escuela Taller comandada por José Luis Sobrino y proyecto de Emilio Velado se emprendió la rehabilitación de un inmueble que, en un principio, por su malas condiciones de conservación, dejó prácticamente horrorizado a Manuel López-Villaseñor. Su impresión fue cambiando conforme avanzó poco a poco la intervención de restauración, comentó Selas, que resaltó las grandes dosis de diplomacia que tuvo que emplear para conseguir la cesión de su obra, teniendo en cuenta además los intereses de su familia, pero, sobre todo, consejos de pintores amigos que le indicaban que era una iniciativa compleja por lo arduo de la rehabilitación del inmueble.
“Fue muy difícil la negociación” hasta que el 3 de mayo del 91 se inauguró la primera fase de este Museo con una exposición antológica de Villaseñor que estaba rotando por la región y que estuvo en Ciudad Real hasta el 30 de junio. Después “nos quedamos sin obra, se quedó todo vacío” y tuvieron que ingeniárselas durante prácticamente dos años con muestras temporales y eventos culturales de otros artistas, comentó López, que ya se incorporó en el 91 al frente del museo, puesto que acaba de dejar tras su reciente jubilación.

“En el 92, nos promete que nos trae toda la obra pero sólo llegan 24 que eran las que estaban en la exposición del Convento de los Venerables de Sevilla. Tenemos que esperar al resto: él promete 58 y yo consigo que nos traiga 71”, rememoró López, que indicó que en el convenio suscrito el 22 de junio del 93 dona 36 obras, quedando el resto en depósito con la condición de que a su muerte “todas las que estuvieran en el museo pasarían a propiedad del mismo”.
Este convenio finalmente lo firma Villaseñor con la ineludible condición de que sea Selas, por la confianza que se había fraguado entre amos, quien lo rubrique, siendo el último acto como alcalde que realizó.

Como “turbulento” calificó López el inicio de las negociaciones con Villaseñor para logar que cediera su obra y llevara su nombre un museo que, actualmente, cuenta con hasta 425 obras del artista y cuya actividad se ha pivotado, además de la muestra permanente, en torno a exposiciones temporales, el curso de verano y sus extensiones y el Certamen primero de pintura y más tarde de artes plásticas.
Sobre la evolución de estos ejes de acción en el museo, que en 2001 inauguró su ampliación, así como de las sucesivas incorporaciones de obras como las que tenía su familia en Torrelodones o la más reciente procedente de la Fundación de Gregorio Prieto en Valdepeñas, disertó López, que incluyó en el ‘otro legado de Villaseñor’ una amplia colección de dibujos, otra de bocetos de su época de estudiante y los originales del mural de la Diputación, además del estudio completo que tenía en Torrelodones.
A juicio de López, que felicitó al equipo con el que ha trabajado durante 33 años por su entrega e implicación, “Villaseñor estaría contento con lo que hemos conseguido”, fundamentalmente que sea “un museo vivo”. De forma similar opinó Selas, ya que “le hemos hecho caso” a Villaseñor, a quien agradeció su generosidad, al igual que a su familia.

El ciclo de conferencias organizado con motivo del centenario de Villaseñor culminó con la intervención de Selas y López, a quienes el alcalde, Francisco Cañizares, definió como “los padres de este Museo, con la idea y con el desarrollo del mismo, que marca una trayectoria de éxito colectivo de nuestra ciudad, pero personificado en estas dos personas”.
Cañizares, acompañado del concejal de Cultura, Pedro Lozano, también anunció que muy posiblemente en mayo se realizará una exposición de Villaseñor en Torrelodones.