“Va a ser un festival muy emotivo”. Así lo asegura el director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Ignacio García, en una entrevista a Lanza a pocas horas de presentar la programación. Que es densa y de calidad. En positivo, el patronato que regenta el certamen ha querido conjurarse con la prudencia y la seguridad a la hora de impulsar la celebración de una edición de “supervivencia” en tiempos de pandemia. Durará la mitad del tiempo, del 14 al 26 de julio, y tendrá cuatro sedes (Corral de Comedias, Teatro Adolfo Marsillach, AUREA y Palacio de los Oviedo) respecto a las 10 del año pasado. Supondrá la segregación puntual y forzada del apellido internacional y la reactivación del tejido teatral español. En concreto, contará con la participación de 26 compañías (sólo una de Argentina) que realizarán 44 funciones, cinco de ellas virtuales dentro del certamen Barroco Infantil. Habrá tres conciertos, cinco estrenos absolutos, tres eventos gratuitos, dos especiales (Premio Corral y Homenaje), y cuatro exposiciones. Novedosa es la presencia de autores valencianos clásicos, dentro de la nueva colaboración con comunidades, una línea que enriquecerá el patrimonio artístico del certamen. También serán protagonistas los grandes nombres de autoras del siglo XVI.
Con todo, tras “la gran incertidumbre que había”, Almagro ha sido fiel a su destino como “reserva natural del Siglo de Oro” y se prepara para acoger la edición más especial de los 43 años de vida de su festival. También servirá para aliviar a los maltrechos sectores comercial y hostelero de la localidad y la comarca. El hecho teatral en la cita de 2020, señala García, cobrará una mirada inédita del público y, sobre todo, de los artistas. “Lo más impactante es la ilusión que tiene todo el mundo de venir a Almagro”. El reencuentro, dice, “será conmovedor tras cuatro meses encerrados” porque todas las obras de alguna manera “son hijas de la Covid-19”.
PREGUNTA.- Usted lo repitió varias veces en una reciente comparecencia: ha peligrado seriamente la celebración del 43ª Festival de Teatro Clásico de Almagro, ¿cómo ha sido la transición hasta presentar este miércoles la programación?
RESPUESTA.- Ha sido un camino largo, muy trabajoso y exigente para el equipo del festival porque ha habido que adaptar la programación a medida que se iban produciendo los acontecimientos. Desde la cancelación de la programación Internacional a la de los espacios que por recomendaciones sanitarias decidimos que no iban a tener programación como el Patio de Fúcares, el Silo o el Teatro Municipal. También hemos tenido que adaptar la programación el Corral de Comedias a espectáculos de gran calidad pero de pequeño formato para evitar aglomeraciones de artistas en un escenario tan pequeño. Han sido muchas las versiones de la programación en un camino muy incierto, que dependía de las noticias sobre la evolución de la crisis sanitaria. Ha sido clave la respuesta constante de todo el Patronato, que ha tenido una actitud prudente y equilibrada entre la defensa del festival y su celebración, porque supone un recurso importantísimo para las compañías y para la reactivación de la economía local, y la seguridad. No nos hemos precipitado. Hoy (el miércoles 10) sacamos a la venta una parte de las entradas correspondiente al 30% del aforo de cada espacio, y cuando la provincia pase a fase 3 sacaremos hasta el 50%, sin ampliar más, a pesar de que la normativa de la nueva normalidad vaya a permitir aforos mayores. El criterio de prudencia debe mandar, y la paradoja es que para hacer un festival mucho menor, con 26 compañías frente a las 70 del año pasado, hemos tenido que trabajar 10 veces más para adaptarnos a la situación sanitaria y logística. Por ello, quiero reconocer el esfuerzo del equipo, de las compañías y el del Patronato.
P.- La seguridad sanitaria será protagonista en esta edición especial, marcada por el coronavirus, ¿ya tienen cerrado el protocolo con las autoridades sanitarias?
R.- Está enviado, a la espera de los ajustes técnicos que nos devuelvan de la Consejería de Sanidad. Hemos hecho un protocolo muy proteccionista, siguiendo las premisas del Ministerio de Cultura y de la Red Nacional de Teatros.
P.- Y habrá alguna medida excepcional?
R.- A parte de las distancias de seguridad, la señalización, los geles hidroalcohólicos y las medidas que establezca la norma, es importante la corresponsabilidad y que los ciudadanos tengan sentido común y no expongan a ellos u a otros a riesgos innecesarios. Pediremos a los espectadores que vengan con tiempo para entrar y salir con calma y de manera ordenada, ya que los horarios se han escalonado para evitar aglomeraciones.
P.- Es un festival más corto, pero de calidad como reserva natural del Siglo de Oro, según sus palabras, y llaman la atención autores como los valencianos Joanot Martorell, Jaume Roig o Ausiàs March ¿La nueva colaboración con las comunidades va a marcar el futuro dramatúrgico del festival?
R.- Sin duda. Hay cuatro ejes en la programación: uno se refiere a los grandes nombres de la escena nacional, este año con El Brujo, Lluis Homar, Adriana Ozores. Ron Lalá o Roberto Álamo. Otro es la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que regresa con dos producciones y dos coproducciones, así como la colaboración con Valencia es otra de las novedades. Sigue el camino que hemos hecho estos años con la autoría femenina y con la americana. La tierra valenciana es muy importante porque durante el Renacimiento hubo un Siglo de Oro valenciano con estos autores. Igualmente, la entrada del endecasílabo en España, que trajo de Italia Garcilaso, llegó por Levante, y transformó toda la escritura de la época. No tendríamos sonetos ni estrofas pareadas si no tuviéramos los endecasílabos. Además, la tierra valenciana tiene una riqueza sensorial, que es muy sorprendente. Es muy hermoso ese camino y por ello quiero invitar a otras comunidades autónomas a estar presentes en Almagro para ayudarnos a tener una visión más amplia de lo que se hacía en el Siglo de Oro en otros territorios. Este año el festival tiene una importante presencia manchega y estarán presentes desde ‘La máquina real’ de Cuenca, a Corrales de Comedias, El Taular o las visitas teatralizadas. El certamen combinará lo local con lo nacional dentro de una pluralidad en el seno de la reserva natural el Siglo de Oro. No hay ningún lugar en el mundo en el que en dos semanas se puedan ver ‘La selva sin amor’, ‘La discreta enamorada’, ‘Céfalo y Pocris’ ‘El galán fantasma” u oir versos de Lope de Vega, San Juan de la Cruz, o Sor Juana Inés de la Cruz. Sigue siendo una fiesta para los sentidos y como dice el lema de María de Zayas, el público que venga se va a ir llevando ‘Mil gustos de amor el alma llena’. Va a tener ese alimento espiritual, al que hemos tenido que renunciar en los últimos meses porque la seguridad sanitaria nos ha obligado a encerrarnos y cofinarnos para protegernos unos a otros. Almagro también va a suponer la vuelta a la actividad cultural teatral y va a ser un faro de esperanza para que entre todos volvamos a tener una vivencia plena de lo que somos, de un cultura a la que le gusta ir al teatro al aire libre desde hace más de cuatro siglos.
P.- ¿Hay espectáculos hijos de la Covid-19?
R.- Todos son hijos de la Covid-19. Hay un espectáculo de la Compañía Nacional joven ‘En otro reino extraño’, de Luis Sorolla, a partir de textos de Lope de Vega, que se ha engendrado durante la pandemia. Además, como son chicos jóvenes, muy tecnológicos, han empezado a acostumbrarse a ensayar con plataformas digitales. Es un montaje que desde su concepción tiene mucho de la Covit-19 porque además habla de una cierta Arcadia, en un espacio de protección bucólico. Pero todos los espectáculos son hijos del momento. Al final todos vamos a disfrutar de otra manera. ‘El teatro de sus mercedes’ se va a celebrar con el público con mascarilla dentro del coche y en los demás espacios tendremos distancias de seguridad. Los actores han tenido que cambiar besos, abrazos y muchas acciones porque están desaconsejadas, aunque estamos intentando un equilibrio a través del sentido común. Si los futbolistas pueden estar cerca y en una terraza hay hasta 10 personas, pues también los artistas vamos a intentar esa racionalidad y seguridad. Tampoco debe ser algo que impida la mínima creación artística.
P.- Todavía no han anunciado el Premio Corral de Comedias, ¿Quién será?
R.- Es alguien muy querido y que ha hecho Siglo de Oro en Almagro. Lo presentaremos la semana que viene y es una gran personalidad de la escena española. Va a ser un gran pistoletazo de salida.
P.- Usted ha hablado de festival de exhibición y no de producción, ¿ésta es una asignatura pendiente del evento?
R.- No estamos obsesionados con eso. Nuestra idea es hacer de la necesidad virtud. El festival no tiene capacidad de producir, no solamente por motivos económicos sino por razones de logística. Por ello, entendemos la exhibición como una manera virtuosa de tener sabores e identidades muy diferentes. Si produjéramos con un sello propio correríamos el riesgo de que todo se pareciera mucho. Lo que sí hacemos es inducir e incentivar la producción del Siglo de Oro en España y en el mundo. Una de nuestras satisfacciones este año eran las producciones que se habían montado en cuatro continentes distintos, que venían provocadas por Almagro. En el territorio nacional también hay muchas compañías a las que aconsejamos, empujamos y acompañamos para que hagan este teatro clásico. Y también para que instituciones como Radio Nacional colabore con las ficciones sonoras, o para que el Instituto de la Mujer y el Instituto Cervantes cada vez pongan más el foco en el Barroco. La prioridad de este año es que se desarrolle el festival de la mejor manera posible, con toda la seguridad sanitaria, y con este nivel de calidad. De cara al futuro queremos recuperar el ritmo de exhibición que teníamos.
P.- ¿También cómplice ha sido el cambio para adoptar el azul manchego, o añil, como color corporativo, no?
R.- Era algo que estaba previsto antes de la pandemia. En febrero se aprobó en el Patronato el cambio de imagen y barajamos colores que tuvieran una vinculación con el territorio. Al final se decidió que fuera este azul manchego, que es un color muy presente en la geografía urbana de los pueblos y ciudades de La Mancha, y da un nuevo aire al festival. También la web es una maravilla, donde el público va a poder navegar bien, encontrando toda la información.
P.- El ciclo lleva el lema ‘De mil gustos de amor, el alma llena’, verso de María de Zayas, una pintura de Joaquín Sorolla con la imagen de María Guerrero interpretando ‘La dama boba’ es el cartel de la 43 edición del Festival, y el 55% (16) de los autores clásicos (29) que estarán son mujeres, además de otras 11 contemporáneas, ¿consolidan estas cifras la apuesta del festival por dar visibilidad al talento femenino?
R.- Hace dos semanas estábamos presentando junto al Instituto Cervantes el primer ejemplar de la Colección ‘Los galeotes de Almagro’ que es ‘Valor, agravio y mujer’, de Ana Caro de Mallén. No es anecdótico que empiece la colección con la obra de una autora o que vayamos a cerrar la programación del Corral de Comedias con el recital ‘Tan sabia como valerosa’, en colaboración con el Instituto Cervantes y el Instituto de la Mujer, que hace un recorrido por las autoras clásicas. Los nuevos caminos que se han abierto, centrados en las escritoras, en autores de América Latina o el que empezamos a abrir con otros territorios nacionales, son irreversibles. Ya nunca podremos pensar en Siglo de Oro como una realidad en la que solo quepan hombres, castellanos y clérigos. Lope, Calderón y Tirso son tres de los grandes nombres del Siglo de Oro pero son una panorámica reducida que se ha ampliado con María de Zayas, o Ana Caro, o con los que nacieron en América como Ruiz de Alarcón o Sor Juana Inés de la Cruz. Ahora enriquecemos la nómina con los valencianos Joanot Martorell o Jaume Roig. Lo que hacemos es abrir la mirada con más artistas y más espectáculos sin renunciar a lo que teníamos.
P.- Usted califica de emocionante la vuelta a los escenarios de los actores en Almagro, ¿pero tiene alguna información de la respuesta que los almagreños han dado al anuncio de la celebración de su festival?
R.- Hemos recibido muchos impulsos y comunicaciones en todos los sentidos. Hay gente que está preocupada por la celebración del festival, y tienen toda la razón por estar alerta porque sus críticas nos han ayudado a que seamos más rápidos. También hay una parte de la población que nos escribían porque estaban angustiados ante la incertidumbre de si el festival se iba a hacer. La solución ha sido salomónica y ha sido hacer un festival más pequeño, más breve, más controlado y con muchas garantías sanitarias pero sin renunciar a su desarrollo.
Es imposible que todos estén contentos pero hemos intentado buscar un formato equilibrado y seguro, que además sea una luz de esperanza para sectores como el comercio y la hostelería, que están muy golpeados. En pocos días hemos recibido más de 1.000 solicitudes para trabajar, que demuestran que mucha gente lo necesita. Más allá de lo cultural, el festival significa una actividad enorme para la economía local y comarcal. No vamos a arriesgar la integridad de nadie por la economía pero por qué no vamos a celebrar el festival con garantía avalada por las autoridades sanitarias, al igual que están las terrazas, los paseos u otros comercios.
P.- ¿Cómo va a afectar la reducción del certamen en el balance económico?
R.- El presupuesto del año pasado se situó en cerca de 1,6 millones de euros, casi un 33% procedente de la taquilla, 570.000 euros. Esta vía se verá muy reducida este año porque dura la mitad y en vez de 10 espacios escénicos habrá cuatro. Y dentro de ellos, los aforos estarán limitados por debajo de lo que impone la norma.
