Rosana es todo energía positiva, sensibilidad y sinceridad de canción de autor con ganas de, además de sacar desde las entrañas las emociones más verdaderas, roquear y divertirse. Público de todas las edades se lo pasó en grande con el extraordinario concierto de casi tres horas que ofreció en el Quijano, donde hizo que el respetable cantara, coreara, bailara e incluso acompañara con palmas, chasquidos de dedos o con los brazos levantados a modo de ola una amplio trayecto por su discografía, con paradas especiales en su última entrega, ‘En la memoria de la piel’.
Al teclista y guitarra acústica Álvaro Peire le aseguró que todos los años no le iban a preparar por su cumpleaños un recibimiento así con cientos de globos rosas en el coliseo ciudarrealeño con motivo del II Concierto Rosa en favor de Amuma e inició su directo tocando cada uno de los instrumentos que se iban regrabando, mientras se hacían cargo de los mismos sus compañeros sobre el escenario, para afrontar la interpretación de la canción repleta de esperanza ‘Llegaremos a tiempo’.
Si ‘Todo es empezar’ no es extraño que aparecieran canciones luminosas como ‘Te sigo soñando que vas a volver’ y liberadoras como ‘Sin miedo’, así como el desgarro de ‘Puede ser’ y la emoción creciente de las imborrables huellas de ‘No olvidarme de olvidar’ conduciendo a la roquera ‘Soñaré’, según la cual se podría hacer una fortuna con lo mucho que se puede querer, tema con el que ya tuvo al público puesto en pie bailando y con el que presentó al resto de excelentes músicos que le acompañan de gira como el guitarrista David Pedregosa, el bajista Javier Quiles y el batería Joaquín Migallón. El desinhibido y pícaro aire de ‘Hoy no me levanto’ alentó el recorrido para después quedarse sola con la guitarra ante una ‘Tormenta de arena’ en la que lo dio todo.
Regresaron los músicos en acústico, le pidieron hasta chistes que contó, rindió homenaje a la genialidad de Chiquito de la Calzada y hasta la invitaron a una boda, para interpretar temas, entre otros ‘Agua de llorar’ y ‘Magia’, desenchufada y más tarde con el acompañamiento tan sólo vocal -emulando sonidos- de sus músicos. Constante fue la conexión de la cantante canaria con el público al que alzó con la energía de temas como ‘El cielo que me das’, ‘Con una hora menos’ y la potencia de ‘En la memoria de la piel’, para cerrar en falso el concierto, como ella mismo advirtió, con ‘Silencio’. Y volvió, con una bandera de Amuma agradeciendo que la llamaran para este segundo Concierto Rosa, y se bajó del escenario para cantar con los espectadores tanto en el patio de butacas como en el anfiteatro canciones como soles que forman parte de la banda sonora de múltiples generaciones como ‘Si tú no estás aquí’, ‘A fuego lento’ o ‘El talismán’. El directo de Rosana, que volvió a entusiasmar a los ciudarrealeños, culminó con la autosuficiente y divertida ‘Pa ti no estoy’ y el ánimo de ‘Mañana’.