Gigante y ejemplar, Calderón de la Barca influye a través de los tiempos y de las culturas. Buena prueba de ello es la apuesta arriesgada pero efectiva del director estonio Lembit Peterson por La dama duende.
El pasado 10 de julio a las 22:45 en el Corral de Comedias de Almagro, la Compañía Ugala Teater de Estonia presentaba su adaptación de la obra de Calderón para un público selecto y entregado.
La obra fue representada de forma íntegra en estonio, no obstante y para suerte del respetable, con sobretítulos en español. Un montaje soberbio y fiel a los postulados calderonianos. Sin perder nunca la comicidad y la expresividad de las comedias de enredo, los actores hicieron gala de una gran asimilación de la obra y fueron capaces de conseguir transmitirlo de un modo firme y divertido.
La representación no contó con tanto público como merecía
Los prejuicios hacia lo desconocido repercuten de forma directa en la afluencia de gente a los espacios teatrales. Una obra clásica representada por entero en una lengua muy alejada de lo románico cumple el requisito esencial para que el espectador no se plantee siquiera asistir: la falta de comodidad que genera un idioma extranjero.
Lo cierto es que el montaje fue excepcional en todos los sentidos: escenografía y vestuarios fieles al espíritu barroco, uso lúcido de todos los lugares escénicos del corral, muy buena iluminación y muy buenos efectos lumínicos y, por encima de todo, una magistral y conmovedora interpretación por parte de todos los actores.