En su conferencia en el salón de actos, basada en la muestra de veinticuatro banderas exhibidas también hasta este jueves en la sala de exposiciones, destacó la cantidad de variaciones incorporadas a lo largo de estos más de quinientos años, explicando las diversas dimensiones, formas y colores del paño, simbología, tipología y la normativa actual.
Se remontó a cómo empezaron a utilizarse en la antigüedad como enseñas, al principio improvisadas, luego ya fijas, bien flexibles, rígidas o mixtas, su uso en la época romana y visigoda y la introducción de escudos de armas y heráldicos en la Edad Media.
Representativas de las épocas más importantes de los últimos quinientos años son las veinticuatro reproducciones a partir de originales completos, incompletos, restauraciones, iconografía y descripciones que se exponen en esta muestra itinerante, aunque no al tamaño original de todas ellas, ya que algunas, como las de la época de los Tercios eran enormes, ya que tenían que verse por encima de las picas y “llegaban a tener hasta tres metros y medio de lado”.

La muestra parte de las “heráldicas” como la de los Reyes Católicos en la que “todo el paño es como si fuera el campo de un escudo, lo ocupan los distintos cuarteles”. También están las de Carlos I y Felipe II y las de los Tercios, con dibujos geométricos y distintos colores elegidos de manera que “no hubiera otra igual y que se diferenciara del resto”, así como otras más pequeñas, como un guion de Dragones, quienes, “aunque combatían a pie, se desplazaban a caballo y portaban por ello estandarte, más pequeño que las banderas”.
En su intervención, habló del aspa de Borgoña o Cruz de San Andrés que se incorporó con Felipe I el Hermoso, el blanco de los Borbones y el toisón de oro, así como de otros símbolos, emblemas y leyendas.
Entre los hitos importantes, expuso, estuvo la introducción por parte de Carlos III en 1785 de la bandera rojigualda, “la que tenemos hoy”, para los buques de la Armada. El motivo radica en que “el pabellón blanco de la Armada lo compartían otros reinos de la época como Francia, Reino Unido y Toscana. A largas distancias o cuando no había viento y la bandera no flameaba, se veía solamente un paño blanco, había confusión con otros reinos y traía problemas de ataques. Carlos III hizo un concurso, le presentaron quince modelos que destacaban sobre el azul del mar y celeste del cielo, y, tras decidirse por el rojigualda, “a los ocho o diez años, aparte de los buques, dio una orden para que se pusiera también en los arsenales, castillos y fortalezas costeras”.

El siguiente hito relevante fue con Isabel II en 1843 y, “precisamente, dentro de quince días se conmemoran los 180 años de su decisión de que todas las unidades del ejército de la milicia nacional tuvieran la misma bandera, la que hoy tenemos”, expuso Vázquez, que también se refirió a las órdenes de Alfonso XIII de que esa bandera se colocara en los edificios públicos en los días de fiesta nacional y en 1927 de que la adoptara, a su vez, la Marina Mercante.
La bandera tricolor, con el morado, de la República y un escudo sin símbolos monárquicos y la posterior de la dictadura de Franco, así como la actual constitucional, también se encuentran en la exposición, cuya última incorporación es un estandarte de Regimiento de Caballería Farnesio número 2 y en la que también se puede presenciar, entre otras, una ajedrezada en blanco y azul que aparece en el cuadro de ‘Las Lanzas’ o ‘La rendición de Breda’ de Velázquez y un vexiloide o enseña metálica, en vez de ser de paño, con forma de león del Trienio Liberal.
A la conferencia del teniente Vázquez, asistió el teniente de alcalde y diputado nacional, Ricardo Chamorro, que destacó el carácter didáctico de una muestra que habla mucho de “nuestra historia”. En este símbolo tan concreto, por ejemplo, se pueden ver “los territorios en los que hemos estado los españoles y han estado también integrados dentro de la corona e hispanidad”.
Tanto desde el Ayuntamiento como el Congreso de los Diputados “estamos encantados de colaborar con las Fuerzas Armadas ya que hacen una labor fundamental en defensa de nuestra integridad territorial y son importantísimas, tienen una labor constitucional fundamental”, indicó Chamorro, que consideró, así mismo, que “hay que condenar siempre cuando se producen agresiones contra nuestros símbolos nacionales como puede ser la bandera. Es condenable absolutamente y creo que tiene que ser siempre perseguible ese tipo de delitos porque están atacando a la Constitución, a la unidad de España y a todos nosotros”.