Todo apuntaba a una sesión lírico-poética. Pero la función lúdico-musical fue mucho más allá. Ayer 10 de julio, el Teatro Municipal de Almagro ponía escenario a la representación de El laberinto de Juana Inés. Un montaje de la compañía navarra “Tdiferencia” (Navarra es la Comunidad Autónoma Invitada en este 2021), del que Maite Redín es su autora y directora. Un cartel que, según el Festival, trata de “un acercamiento a la visión que, desde allí, se tiene del teatro áureo”.
Y que une a Navarra y Portugal (los dos invitados de honor en esta ocasión) gracias a los versos de Vélez de Guevara: “A este mar de Portugal/ de nuestros navarros mares/ llegué señor (…)”.
Aunque, para ser exactos, el verdadero Laberinto endecasílabo de Juana Inés, es el romance clasificado con el número 63, y que está puesto en boca de la condesa de Calve, quien felicita a su marido por su cumpleaños:
“Amante, caro, dulce esposo mío,
festivo y pronto tus felices años
alegre canta sólo mi cariño,
dichoso porque puede celebrarlos (…)”.

Un romance que puede que haya servido para dar título al montaje… Sin embargo, el soneto que se interpreta por nuestra cantante es otro:
“En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades”.
Un soneto que parece compendiar la vida, obra, filosofía y creencias de Sor Juana Inés de la Cruz. Tan acostumbrada como estaba a narrar en bellísimos versos el amor mundano -al que no logró sustraerse desde lo más recóndito de su clausura-, y que es autora de algunos de los más hermosos sonetos de amor, aunque su obra completa es interminable (poesía, auto sacramental, teatro y prosa). La “Décima musa mexicana” (1651-1695), pertenece al Teatro mexicano del Siglo XVII.
EL HILO CONDUCTOR
El espectáculo se nos presenta como una comedia en la que se establece una pasarela en el tiempo, por la que el personaje de Juana, cantante de 47 años y en el declive de su vida personal y profesional, y Juana Inés de Asbaje, escritora novohispana, exponente del Siglo de Oro de la literatura en español, darán paseos de ida y vuelta. Juana se verá envuelta en todo un enredo de producción para relanzar su carrera, como J. Trap. Será su antepasada Sor Juana Inés de Asbaje quien, a modo de hada madrina, vendrá a inspirar, apoyar y rescatarla de una industria musical machista.

La obra, clara y vocacionalmente feminista, trata de una reflexión sobre el papel de la mujer, cuáles son los hábitos que las cubren, el espacio que ocupan, y cuánto tienen en común después de los 4 siglos que separan a Juana de Sor Juana.
Ficha Artística
Autoría, diseño, escenografía y dirección: Maite Redín. Vestuario Santi Echeverría, Diseño de iluminación Ignacio Olivera. Música y espacio sonoro Adriana Olmedo. Audiovisual Ion Martinkorena. Música coral Javier Vergara. Responsable técnico Conchi Redín. Diseño gráfico Maite Redín.
Reparto
Maite Redín, Andrea Irurzun, Adriana Olmedo, Ainhoa Ruiz, Nerea Bonito.
LA ORIGINAL FUNCIÓN
Excelente voz de la cantante, y espectáculo bien aceptado por el público en “la bombonera”, como suele denominarse íntimamente a este teatro. Con guitarra española y música en colaboración, según se dice, con la obra del cantante y personaje mediático español Omar Montes. (Gran Hermano VIP & y Supervivientes 2019). Montes es el músico con más streamings de 2020, y ha pasado de artista de flamenco urbano, reggaeton y trap, a estrella de cine. En este trap es donde aflora la reminiscencia de Omar Montes.
Y otro nexo con la escritora y religiosa novohispana. Curiosa y deliberadamente, la representante de nuestra artista de 47 años se llama Leonor. Precisamente como Leonor María de Carreto, la marquesa consorte de Mancera, virreina del Virreinato de Nueva España de 1664 a 1673, y mecenas y protectora de Sor Juana Inés de la Cruz.

En suma. se trata de una representación que pretende tener cabida en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro– especializado en el Siglo de Oro Español, no lo olvidemos- basándose tan sólo en el paralelismo que se establece entre una mujer actual (cantante, libre y con una sexualidad diferente), y la gloria de las letras novohispanas Sor Juana Inés de la Cruz, que ocupa el lugar más destacado en el campo de la lírica de finales del Barroco. Monja, libre, valiente y poeta, cuando estas cuestiones no estaban de moda…
En cualquier caso, el nexo nos parece algo endeble, si bien se recita, musicado, uno de los más celebrados sonetos de la mexicana. Que fue ampliamente estudiada en el Festival y las Jornadas de Teatro Clásico de Almagro durante la edición número 42, año 2019. Que, recordaremos, tuvo a México como país invitado de honor.