Si hace dieciséis años Ignacio García llevó como director de escena ‘Los empeños de una casa’ a Almagro como algo “atípico”, incluso “marginal”, del Siglo de Oro, su autora es la protagonista del cartel oficial tanto, vestida de dama, de la próxima edición del Festival Internacional de Teatro Clásico como, con hábito de monja, de las XLII Jornadas de Teatro Clásico organizadas por la Universidad de Castilla-La Mancha.
El director de las Jornadas, Rafael González, que se sitúa en solitario al frente de esta cita tras los muchos años en los que Felipe Pedraza ha guiado el encuentro, destacó la obra universal de la “décima musa” que decidió, para dedicar su ingenio a las letras, ingresar en un convento, desde donde escribió obras que reclaman los derechos, entre ellos el de la educación y creación literaria, de las mujeres como relevante precedente del feminismo.
Siete conferencias, tres coloquios, dos presentaciones de publicaciones, la tradicional visita al Corral y la asistencia a dos representaciones teatrales conforman la programación de las XLII Jornadas de Teatro Clásico de Almagro que se celebrarán del 9 al 11 de julio y que, con el título ‘Sor Juana Inés de la Cruz y el teatro novohispano’, contarán con la participación de “ponentes de primera línea”.
González, que presentó la programación junto al rector de la UCLM, Miguel Ángel Collado, el director del Festival, Ignacio García, y la secretaria de las Jornadas, Almudena García, destacó que se abordarán las producciones de dos grandes autores como Sor Juana Inés y Juan Ruiz de Alarcón, así como el teatro evangelizador, en un encuentro que contará con la presencia de Margo Glantz, profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México; Carmen López-Portillo, de la Universidad Claustro de Sor Juana; y Sara Poot Herrera, de la Universidad de California, especialistas en la obra de la dramaturga y poeta mexicana; Germán Vega García-Luengos, de la Universidad de Valladolid; y José Montero Reguera, de la Universidad de Oviedo, especialistas en el autor de la ‘La verdad sospechosa’; y Javier Rubiera, de la Universidad de Montreal, que disertará sobre ‘El teatro evangelizador novohispano en el contexto del teatro misionero del siglo XVI’.
Los asistentes a las jornadas presenciarán las representaciones incluidas en el Festival de ‘El conde Partinuplés’ y ‘Valor, agravio y mujer’, de Ana Caro, a cargo de la Fundación Siglo de Oro; y ‘El castigo sin venganza’, de Lope de Vega, por la Compañía Nacional de Teatro Clásico; que darán lugar a la celebración de dos coloquios sobre estas puestas en escena, así como de un tercero sobre tres relevantes producciones de ‘Los empeños de una casa’ dirigidas por Manuel Canseco, el propio Ignacio García y Yayo Cáceres.
Además, se presentarán las publicaciones ‘Libros en escena’, de Mar Zubieta y Álvaro Tato, y el número dedicado a Sor Juana Inés de la Cruz de la revista ‘Inundación Castálida’, expuso González, que indicó que las Jornadas que, con una media de unos ochenta matriculados y una veintena de ponentes, constituyen un foro de intercambio de conocimientos para investigadores, estudiantes y profesionales de las artes escénicas.
Setenta euros para personas ajenas a la UCLM y cincuenta euros para estudiantes y trabajadores de la Universidad regional cuesta la matrícula, cuyo plazo de inscripción ya se ha abierto, apuntó Almudena García, que indicó que se ofrecen treinta becas de alojamiento a los grupos universitarios que investigan sobre el drama áureo en su vertiente literaria o en la práctica escénica.
Tanto Ignacio García como Miguel Ángel Collado resaltaron la “impresionante” labor realizada por Pedraza y su confianza en el equipo que sigue impulsando estas Jornadas. García destacó la apuesta feminista, dando a conocer la obra de grandes autoras, y americanista, mostrando lo apasionante que pasó en el Siglo de Oro a ambos lados del Atlántico, del Festival de Almagro, en cuya 42ª edición habrá piezas de catorce dramaturgas y trece autores del siglo XVII y en la que se podrá disfrutar de los nuevos sabores, texturas y aromas de la “tropicalización” del legado llevado a América.
Se trata, apreció, de una visión del teatro clásico más diversa y afín a la realidad de una época dorada de pensamiento y creación artística en el mundo hispano, donde, a diferencia del británico, hubo muchas y relevantes autoras y actrices.