Cuando visitamos una catedral, de las que tenemos magníficos ejemplos en nuestro país, o cualquier otro monumento de importancia, solemos decir, deslumbrados y casi sobrecogidos por tanto arte acumulado, que eso solo lo hacían antes y que ahora no seríamos capaces de hacer algo parecido. Pero no es verdad. Hoy en día hay artistas capaces de realizar obras a la altura de las grandes creaciones del Renacimiento y del Barroco y prueba de ello es el nuevo retablo mayor del Cristo del Consuelo de Torralba de Calatrava, un magnífico retablo barroco tallado en madera y dorado que se inauguró en septiembre de 2019, hace poco más de un año.

Retablo es una palabra de origen latino que significa “tras el altar”. Es un marco arquitectónico que sirve para cubrir la pared del presbiterio (lugar que ocupa el presbítero, el sacerdote en la celebración de la misa). Los hay de varios tipos, pero principalmente nos vamos a detener en dos: los narrativos (una serie de relieves o pinturas narran episodios de la vida de Cristo, la Virgen o los Santos) suelen ser de estilo gótico y renacentistas y en la provincia tenemos varios ejemplos, como son los de las parroquiales de Chillón o la Torre de Juan Abad. Otra variante es el de camarín, generalmente de estilo barroco, que sirven para enmarcar y resaltar la imagen que lo preside y, por último, los narrativos y de camarín, retablos de transición que aúnan las dos funciones como hace el de la Virgen del Prado de la Catedral de Ciudad Real.
Están realizados principalmente en madera tallada (arquitectura lignaria o arquitectura de la madera), aunque también los hay en piedra como el que vimos en la Iglesia de Almuradiel. Siguen los estilos góticos, renacentistas y, sobre todo, barrocos. Suelen estar, en su mayoría, completados con un dorado a pincel que consiste en la aplicación sobre su superficie de delgadas hojas de oro fino que expertas manos de artesanos doradores, colocan a pincel para después bruñirlo, (pulirlo con piedras de ágata) y sacar así todo su esplendor.
Por último, conviene recordar que todo retablo se asienta en un zócalo sobre el que se levanta un cuerpo horizontal de escasa altura llamado bancó o predela que, a modo de basa inferior. Está decorado generalmente con relieves y da paso a los cuerpos principales que se culminan con un ático. Si lo observaos verticalmente, los paños que generalmente se colocan entre columnas se llaman calles.

Este nuevo retablo de 11 metros de alto y con una superficie de 60 metros cuadrados, donde se han empleado más de ocho metros cúbicos de madera de cedro, ideado y creado para la Iglesia del Cristo del Consuelo, ha sido realizado en su totalidad por artistas sevillanos. El diseño y la dirección de la obra se debe a Javier Sánchez de los Reyes. La parte escultórica, al imaginero Fernando Murciano y la talla de la madera ha corrido a cargo del afamado Francisco Verdugo, tallista de moda en la actualidad en Sevilla. El dorado, a Enrique Castellanos, con una importante trayectoria profesional, como la restauración del Paso del Gran Poder o el de la Soledad de San Lorenzo, ambos de Sevilla y la carpintería a maestro ensamblador Enrique González. Todo un cartel de lujo en la industria del Arte Sacro Sevillano.
La nueva obra cuenta con un estudio de las proporciones arquitectónicas del muro o testero de la Capilla Mayor, que siguiendo los cañones arquitectónicos de Vignola estructura el conjunto manera armoniosa, presentando un barroco más clasicista en los primeros cuerpos y un ático más exuberante y lleno de movimiento. Toda la obra se fundamenta con la intención de resaltar el espacio del camarín, donde se ubica la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo creando una obra barroca propias de los grandes retablos de los siglos XVII y XVIII.

El retablo presenta también un discurso o iconografía trinitaria. Dios Padre en el ático, Dios Hijo en el camarín y Dios Espíritu Santo en el magnífico Sagrario, obra de los Talleres de Orfebrería torralbeños Orobio de la Torre. Todo ello rematado con la decoración de espigas, pámpanos y vides que decoran las columnas y los atributos de la pasión que portan ángeles pasionistas que flanquean el camarín y en los medallones situados como remate de sus correspondientes hornacinas.
Para saborear la obra y recrearse con ella es necesario un análisis más pormenorizado. En la parte inferior se sitúa el banco del altar. a modo de zócalo, imitando el mármol de composición geométrica que incluye en su centro un escudo redondo o tondo con el escudo de la Congregación. La Predela la preside el Sagrario y esta ornamentado con espigas de trigo en clara alusión a la Eucaristía. En los dos laterales se sitúan las ménsulas con carretes, sobre las que se elevan las columnas salomónicas pareadas.
El cuerpo principal alberga en su parte central el camarín que, como ya hemos señalado, gira todo el retablo. El camarín se encuentra envuelto por dos columnas de orden compuesto, decoradas con flores y frutos y su arco lo componen juncos enlazados por una hoja de acanto. Escoltando el retablo encontramos dos calles con ménsulas y hornacinas sobre las que se sitúan dos ángeles antiguos con instrumentos de la pasión. Este cuerpo principal se completa con dos juegos de columnas salomónicas pareadas que soportan el entablamento que se culmina con dos rodetes enfrentados sobre los que se eleva un pináceo o perilla flanqueada por dos ángeles. La cornisa o entablamento que separa el cuerpo principal del ático se curva y se parte en el centro destacando la abertura del camarín.

La imagen de Dios Padre, altorrelieve de medio cuerpo, preside el ático, de él nacen una serie de rayos que bajan al camarín para señalar su paternidad. En este coronamiento se pierde por completo el clasicismo y el barroco se hace más exuberante, con abundancia de hojas de acanto en distintos términos y líneas curvas caprichosamente partidas que, a mí, me recuerdan al retablo de los patronos de la diócesis de la Capilla del Santísimo de la Catedral de Ciudad Real.
Rematando el conjunto, se ubica una crestería calada, que recorre todo el conjunto a excepción del banco, por su zona perimetral, con tallas de hojarasca que enmarcan y enfatizan aún más este retablo que ya estuvo expuesto en el Ayuntamiento de Sevilla en la Exposición Sevilla Facit, en abril del 201,9 recibiendo múltiples elogios, que fue creado para nuestra tierra y que bien merece una detenida visita.

La vinculación de Torralba de Calatrava con su Cristo del Consuelo ha sido desde hace siglos y es muy estrecha. En la actualidad, se está conmemorando el IV Centenario el Voto que hizo esta población a su Patrón y en 2008 se celebraron los cuatrocientos años de la fundación de la Congregación del Santísimo Cristo del Consuelo que actualmente cuenta con más de 1.960 hermanos en una población de 2.966 habitantes, lo que nos indica la gran devoción que entre los torralbeños goza esta imagen.
La actual imagen, en sustitución del primitivo, es una obra de 1939 realizada por el imaginero también sevillano Antonio Castillo Lastrucci (1878-1967), autentico creador de la actual imaginería hispalense. Fue un autor muy prolífico y tiene una amplísima representación de su obra en nuestra provincia que bien merece otro artículo. El Cristo del Consuelo es un crucificado muerto de tres clavos; es una obra serena, fundamentada en el modelado del Cristo de la Buena Muerte de la sevillana hermandad de la Hiniesta.
Me gustaría terminar con una interesante reflexión que recogía ‘Pasión en Sevilla’, suplemento cofrade del diario ABC en su edición sevillana, en un artículo de Javier Comas publicado el 6 de octubre del 2016: “Un retablo de estas características es el mejor toque final para un templo; hoy en día encontramos versiones más minimalistas por cuestiones culturales o económicas, pero estas inversiones que hacen cofradías, particulares o los propios templos suponen incrementar el patrimonio de la propia iglesia, de la comunidad que habita alrededor y del acervo cultural de la zona”. Y prosigue diciendo Enrique Castellanos, dorador del retablo, “estamos creando una obra que va a trascender al tiempo, que debe durar siglos y convertirse en un patrimonio tanto para la riqueza material y espiritual del lugar”.
INFORMACION ADICIONAL
Cómo llegar:
A 20 Km de ciudad Real por la A-43
Elementos a destacar:
Iglesia parroquial de la Santísima Trinidad. Bendecida en 1541 con artesonado mudéjar realizado por Martín de Cuartas
Ermita Santísimo Cristo del Consuelo. Admirable espadaña barroca del exterior, construida en ladrillo y decorada con pilastras toscanas, flameros y coronada por un frontón circular.
Ermita de la Purísima Concepción. Levantada sobre la antigua fortaleza que dio origen al municipio de Torralba. Destaca en su exterior su espadaña de ladrillo.
Corral de Comedias. En la Plaza de la Concepción donde hay constancia de representaciones teatrales desde 1578.
Antiguo Pósito Real. Alberga el Archivo Histórico Municipal
Plaza de toros. Construida a iniciativa privada el empresario Don José Santa Cruz.
Alrededores: El Campo de Calatrava, con Almagro, Daimiel y Carrión de Calatrava
Propuesta de excursión: Hablando de retablos se propone visitar también la cercana Malagón, con la iglesia de San José, tercera fundación de Santa Teresa de Jesús. En ella destaca el magnífico retablo mayor realizado en 1732 por German López de Toledo y considerado como uno de los mayores exponentes de la escuela barroca toledana, así como otros retablos laterales, muy interesantes.
En la ermita del Cristo del Espíritu Santo, pedanía de Malagón, alberga un retablo barroco con interesantes pinturas
Y, por último, el imponente retablo mayor de la Catedral de Ciudad Real, dedicado a la Virgen del Prado. De estilo renacentista y traza (diseño) de Andrés de la Concha y contratado en 1612 al escultor Giraldo de Merlo.
Hostelería:
Dispone de un amplio servicio de hostelería y alojamientos.