Francisco J. Otero
Almagro
Los dos juntos, en una coproducción de Micomicón y el Festival, parieron ‘Cervantes ejemplar’, un montaje en el que se nos ofrecen ambas cosidas por la labia, el desparpajo de vendedores de elixires de Chirinos y Chanfalla, los propietarios de aquel Retablo de las maravillas cervantino.
Ya terminada la obra, recibidos los aplausos, Llorente, levanta apaciguador los brazos para imponer el silencio y arrancarse los cuatro actores con una Danza de la jerigonza, clave no tan oculta del trabajo que dirige Laila Ripoll. Porque de eso se trata al fin y al cabo, de una jerigonza, con todos los matices que quieran, pero en la que prima el componente lúdico. El montaje entremezcla géneros y registros, veteando las novelas ejemplares con retazos de actualidad para subrayar que Cervantes es Cervantes porque lo que dice, o cómo lo dice más bien, esconde un saber esencial, aplicable a un sinnúmero de circunstancias.
Cervantes, que no siempre consigue, para disfrute nuestro, lo que persigue, pretende, con sus novelas cortas, a las que llama ejemplares, no otra cosa que dar ejemplo, es decir, presentarnos casos que nos ilustren moralmente. Esa ilustración desnuda las incoherencias de su sociedad casi tanto como la de la nuestra. Y por ahí van Ripoll y Llorente, con un montaje pretendidamente simple en lo estético, despendolado en lo estructural, una montaña rusa, en una palabra, “jerigonzoso”. Da la impresión en ocasiones de ser un trabajo de “patchwork”, de que se han escogido las dos piezas que nos presentan, a ese celoso extremeño que borda Llorente y al licenciado Vidriera, más santón hindú que iluminado castellano, como se podrían haber elegido otras, que desde la fregona ilustre a los perros habladores, cualquiera habría servido al mismo fin, el de dejar clara la actualidad de Cervantes. De hecho, a lo que llama Micomicón es a que se lea a Cervantes, sus novelas ejemplares, con una mirada actual, a que escuchemos al Manco de Lepanto porque tiene muchas cosas que decirnos.
En cuanto al reparto, en el que destaca, como ya se dijo Mariano Llorente, bien acompañado por Manuel Agredano y Marcos León, hay, en general, un enorme entusiasmo, no siempre “entusiasmante”. Es de suponer que se irá puliendo con el paso de las representaciones, pues no hay que olvidar que se trata del estreno absoluto de ‘Cervantes ejemplar’.
Así comenzó este año el Festival de Almagro, en el que todavía veremos, en el Off, otra propuesta nacida de Teatros Ejemplares, ‘Perra Vida’, una adaptación de Juan Padilla de ‘El casamiento engañoso’.