De Malagón, donde el pasado diciembre se inauguró el museo dedicado a Gloria Merino, pero también de la Diputación Provincial y los ayuntamientos de Ciudad Real, Puertollano, Valdepeñas y Alcázar de San Juan están llegando obras para esta gran muestra de una de las mejores pintoras de Castilla-La Mancha.
Nacida en Jaén, Gloria Merino se trasladó a los pocos años con su familia a Malagón, donde se halla el principal universo de inspiración de una autora considerada como una de las creadoras que, junto a Francisco García Pavón, más y mejor han plasmado la idiosincrasia manchega.

Frescura e ingenuidad, así como profundo y dramático sentimiento sobre las cosas y personas, caracterizan a la obra de una artista de proyección internacional que destacó siendo muy niña por su prodigiosa habilidad en el dibujo y por su capacidad, a través de talento y pundonor, de conseguir becas que le permitieron viajar y crecer artísticamente con estancias en diversos países, las cuales le ayudaron a revalorizar lo propio, su pueblo.
Cronista de su época, la obra de Merino es “testimonio de la belleza de su tierra y peculiaridad de sus gentes”, apreció Ana María Fernández Rivero hace un año cuando presentó el libro ‘Gloria Merino, la pintora del paisaje manchego y sus gentes’. En la puesta de largo de este catálogo de su obra, habló de sus cuadros con “personajes en sus tareas cotidianas, recios, campesinos nacidos por y para la tierra, dentro de sus ropas negras, grises o pardas, descoloridas y quemadas como sus carnes por el sol” y con “las expresiones de esas caras manchegas a mitad de camino entre el desencanto y la esperanza”.
Fernández Rivero es la comisaria de esta muestra de homenaje en el antiguo Convento de la Merced que se abrirá en torno al 18 de febrero, fecha del 95 cumpleaños de Gloria Merino.