Si Quevedo es irónico, Vélez de Guevara es aún “más macarra, ácido y underground” en ‘El diablo cojuelo’, que propone una divertida “road movie por las tabernas españolas”, aseguró Críspulo Cabezas, encargado de dar vida a Cleofás en un viaje en el que se retratan unos vicios e hipocresías que no han cambiado tanto.
Sigue habiendo pobres, ricos muy ricos y la mujer sigue estando denostada, comentó Cabezas, que animó a los espectadores, pese a lo descorazonador de que no hayan cambiado mucho las cosas, disfrutar con el viaje de ‘El diablo cojuelo’, divertirse y reírse hasta de nosotros mismos como propone Vélez de Guevara.
El Corral de Comedias acogerá del viernes 12 al domingo 14, a las 22.45 horas, el estreno de esta producción dirigida por Aitana Galán que es un “viaje iniciático” de Madrid a Sevilla de un joven con un diablo que conoce muy bien el país y la condición humana. La producción, con música en directo y la primera en contar toda la novela de Vélez de Guevara, es muy respetuosa con el texto original e incorpora, así mismo, cartas, dedicatorias y hasta el testamento del dramaturgo. Se trata de un homenaje a la figura de Vélez y el patrimonio barroco, expuso Galán, que expresó su satisfacción por contar con un magnífico elenco para una propuesta arriesgada.
Silvia Espigado, que encarna al diablo cojuelo, destacó el profundo trabajo de estudio durante dos meses de un texto “muy rico” y que “no permite dejar nada al azar ni quedarse en una primera o segunda lectura, sino ir más allá” ya que una sola palaba puede tener “muchísima importancia” y si la pasas por alto puedes perderte lo mejor.
Vélez de Guevara realiza en la obra “una crítica satírica, burlesca y mordaz de la sociedad de la época. No deja títere con cabeza”, con un diablo cojuelo que coge a su camarada y le lleva de viaje por una España “engañada y desengañada”, expuso Espigado, que resaltó que su personaje transmite “muchas ganas de vivir”, alegría, falta de culpa y rebeldía.