En Membrilla, una tranquila localidad ubicada en la provincia de Ciudad Real, José Manuel Sixto y un grupo de amigos llevan más de quince años entregados a una pasión poco conocida para el gran público: el Airsoft. Este deporte recrea combates militares mediante réplicas realistas que disparan pequeñas bolas de plástico. A menudo, esta disciplina es confundida por quienes no están familiarizados con ella con el paintball, aunque ambas tienen claras diferencias tanto en la dinámica de juego como en el equipamiento utilizado. «La gente suele asociarlo al paintball por desconocimiento, aunque las diferencias entre ambos deportes son grandes», puntualiza José Manuel.
Los comienzos no fueron fáciles para este grupo de apasionados jugadores. José Manuel recuerda claramente cómo eran aquellas primeras partidas en 2008, llevadas a cabo en lugares precarios y en ocasiones peligrosos, como edificios en ruinas o espacios abandonados donde incluso la integridad física corría riesgo. «He jugado en sitios tan deteriorados que prácticamente tenías que poner la mano en la pared para evitar que se cayera durante la partida», cuenta con una mezcla de humor y nostalgia. Esta precariedad, lejos de desanimarlos, impulsó a José Manuel y sus compañeros a buscar un lugar seguro y adecuado para poder practicar su deporte favorito.
Tras numerosos intentos fallidos de obtener algún terreno finalmente encontraron una finca en Membrilla. Desde el primer momento, tuvieron claro que querían cumplir con todos los requisitos legales, constituyendo oficialmente la asociación «Recios de la Mancha». Finalmente, lograron obtener todas las licencias necesarias del Ayuntamiento de Membrilla, incluyendo la licencia oficial de apertura para el campo. «Para nosotros fue fundamental hacerlo bien desde el principio. Actualmente, apenas hay campos en la región», explica José Manuel.
El campo Airsoft Tijuana es hoy una realidad consolidada que exige constante dedicación y esfuerzo. José Manuel detalla que la mayoría de los jugadores simplemente acude a divertirse, pero la organización requiere el compromiso de un reducido grupo que asume todas las responsabilidades administrativas y operativas. Ellos gestionan la tesorería, el seguro obligatorio, las normas internas del grupo y, sobre todo, garantizan la seguridad de cada jugador en el terreno. «Como ocurre en todos los sitios, nadie quiere ser responsable de nada. La gente lo que quiere es venir, jugar, disfrutar la mañana e irse para su casa. Pero gracias a Dios siempre hay algunas personas que queremos algo más. Nosotros disfrutamos tanto montando y organizando como jugando», confiesa.
Seguridad, ante todo
En Airsoft Tijuana, la seguridad es un pilar fundamental y no negociable. José Manuel recalca que una de sus normas más estrictas es la obligación permanente de usar gafas protectoras durante todo el juego. «Quien se quite las gafas, aunque sea brevemente, queda expulsado inmediatamente y no podrá volver a jugar con nosotros», sentencia tajantemente. Esta medida extrema responde al hecho de que la principal lesión potencial en el Airsoft es recibir el impacto de una bola en los ojos. «Protegiendo ojos y boca, los riesgos son los mismos que en cualquier otro deporte: fútbol, pádel… escoge el que quieras». Cumpliendo estrictamente estas reglas, los riesgos se reducen significativamente y el Airsoft es tan seguro como cualquier otro deporte al aire libre.
Además del uso obligatorio de gafas y protector bucal, desde la organización recomiendan también el uso de coderas y rodilleras. «Nosotros pedimos que los jugadores tengan al menos 16 años. Tiene que disponer de su propia réplica y de su equipo de seguridad», subraya. En cuanto al armamento, José Manuel lo tiene claro: «Puedes jugar tranquilamente con una escopeta de 50 euros, y tienes réplicas de más de mil euros. No es un deporte caro. Una réplica media te vale 150 euros y una bolsa de munición te vale 10 euros».
Diversidad y compañerismo
En Airsoft Tijuana la diversidad es uno de los grandes atractivos. En sus partidas coinciden jugadores muy diversos: desde militares y policías hasta estudiantes, oficinistas e informáticos sin ningún tipo de experiencia previa con armas reales. «Han jugado con nosotros policías, militares, informáticos, gente de oficina que no ha cogido un arma real en su vida», asegura. Esta mezcla de perfiles genera un ambiente distendido y de gran compañerismo, en el que la principal motivación es disfrutar, liberar estrés y compartir momentos especiales. «En mi caso, es una liberación de estrés buenísima. Se la recomiendo desde luego a todo aquel que quiera liberar su mente durante unas horas. No importa la edad que tengas ni a qué te dediques, todo el mundo elimina y es eliminado».
Además, muchos de sus jugadores compaginan esta actividad con otras aficiones como el fútbol o las rutas en moto, aportando aún más dinamismo al grupo. «La gente que juega al airsoft también tiene otras aficiones y un fin de semana se van a jugar al fútbol, otros vienen a jugar al airsoft, otros se van con las motos… No vienen todos los fines de semana todos los socios a jugar».
La gestión económica del grupo también refleja su espíritu accesible. La cuota anual es de tan solo 20 euros, destinada exclusivamente a cubrir gastos básicos como el seguro, material de juego y mantenimiento general del campo. «Más o menos veinte euros es lo que te cobra cualquier sitio privado para jugar», indica. Según José Manuel, este precio es altamente competitivo, ya que campos privados suelen cobrar importes similares por un único día de juego.
José Manuel también resalta el apoyo ocasional recibido por parte de las administraciones locales. En particular, agradece al Ayuntamiento de Manzanares haber cedido puntualmente el recinto ferial para una partida especial, que recuerda como «una experiencia espectacular» que dejó una profunda impresión en los jugadores. «El dinero… no es ser materialista. Pero preguntamos en los ayuntamientos si había algún terreno que pudieran cedernos para poder jugar y no hay nada. Aunque tanto Manzanares como Membrilla siempre nos han ayudado en todo lo que han podido, lo principal es el terreno, y ese tuvimos que comprarlo, vallarlo y montar todo lo que en ello hay, que son muchos, muchos viajes con los remolques y muchas, muchas horas de trabajo».
Seguir disfrutando
El grupo Airsoft Tijuana no se plantea grandes proyectos de expansión. Su objetivo principal sigue siendo sencillo y claro: disfrutar cada semana del deporte que aman, continuar mejorando poco a poco las instalaciones del campo y mantener vivo el espíritu de comunidad que les caracteriza. «Nosotros para mayo vamos a hacer un campeonato, pero es solamente para los socios. Intentamos darnos a conocer por todos los medios que podemos y que sean gratis», asegura José Manuel con una sonrisa. Además, también admite que «la asociación no tiene mucho dinero. Lo que más funciona es el boca a boca».
Tampoco descuidan el trabajo de campo: «La zona alta aún nos falta por construir algunas casas. Queremos terminar de montar el campo y seguir disfrutándolo. En la asociación unos vienen, otros se van, nosotros seguimos jugando y seguimos disfrutando de todo ello», finaliza José Manuel.
Airsoft Tijuana es hoy un referente en la provincia de Ciudad Real, y su filosofía demuestra que incluso una afición minoritaria puede unir a personas muy diversas en torno a valores esenciales como la seguridad, el compañerismo, la legalidad y, sobre todo, la pasión por disfrutar de momentos únicos. Esta dedicación sincera y honesta ha convertido al Airsoft en Membrilla en mucho más que un deporte.
