| CISNE LOS SAUCES 28 |
VESTAS BM ALARCOS 27 |
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| Juanjo Novas, Igor Dos Santos, Alberto Casares (2), Álex Chan (3), Pablo Picallo (2), Andrés Sánchez (3), Bruno Vázquez, Miguel Simón, Javi Vázquez, José Leiras (7), Álvaro Preciado (1), Pablo Gayoso (7), Guilherme Linhares, Dani Ramos (3), Alejandro Conde, Dani Fernández. | Roberto Rodríguez, César Beret (3), Juan Manuel Lumbreras (2), Gonzalo Almansa, Asier Urain, Javier de la Cruz, Victoriano Gómez-Carbonero (1), Martín Ariel Molina (9), José Juan Serrano, Fran Revuelta, Fran Vidal (2), José Javier Candeleda, Brian Negrete (5), James Lewis (3), Joshua Curtis, Manu Díaz (2). |
| ÁRBITROS García Vico y Sanmartín Almazán. Exclusiones: Sánchez, Simón (2), Gayoso 3, desc. 58´); Díaz, Serrano, Candeleda y Negrete (2). |
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| GOLES 0-2 (5’); 2-4 (10’); 4-7 (15’); 7-9 (20’); 10-10 (25’); 14-12 (descanso); 17-15 (35’); 19-16 (40’); 19-20 (45’); 22-22 (50’); 27-26 (55’); 28-27 (final). |
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| INCIDENCIAS Centro Gallego de Tecnificación Deportiva |
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Mal partido de un Vestas BM Alarcos Ciudad Real que pagó su irregularidad a lo largo de todo el encuentro con una derrota a domicilio ante el correoso Club Cisne Colegio los Sauces que sumó el primer triunfo ante su parroquia.
Los dos equipos saltaron a pista intensos y a buen ritmo, con sendas defensas seis cero muy cerradas que buscaban en todo momento el orden y sin ningún tipo de prisas a la hora de elaborar sus ataques. Así, pese al paso de los minutos y a la mínima ventaja con la que jugaría el Alarcos desde el inicio, 0-2 en el cinco, los gallegos siguieron defendiendo duro y trataban por todos los medios que los visitantes no pudieran correr, aunque eso supusiera una exclusión. Pero claro, las inferioridades, el cansancio y las rotaciones tornaron el juego más impreciso y el Alarcos impuso su mayor calidad, 2-5 superado el diez con los de Javi Márquez amenazando con hacer mucho daño. Pero no, el Club Cisne se revolvía y castigaba los errores foráneos para volver a la mínima desventaja, 4-5.
Entonces el Alarcos metió una marcha más, en defensa adelantando un hombre en la presión y en ataque buscando la velocidad como medio de vida, y consiguió por momentos volver a pillar desprevenido a su oponente, 4-7 al cuarto de hora, pero los pontevedreses no se rendían, peleaban duro y con su portería funcionando a un buen nivel y moviendo bien el cuero arriba conseguían encontrar espacios para el gol y no sólo no despegarse en el electrónico sino además remontar, 11-10 a falta de tres para el descanso y tiempo muerto. El Alarcos atravesaba por su peor fase de la tarde y a parte de no defender bien acumulaba demasiados errores no forzados. Además en el tramo final de la primera apenas si hubo rigor táctico y al descanso se llegó 14-12.
Otra parada a bocajarro del portero local y un gol por despiste no dejaron buenas sensaciones en el reinicio del juego, máxima gallega con el 15-12. El Alarcos no estaba fino, perdía muchos balones y no mostraba consistencia atrás, por eso y aunque su calidad le daba para no perder terreno, 17-15 en el seis después de cazar una contra en inferioridad, a los de Javier Fernández “Jabato” se les veía mucho más enteros, ahora con la presión más adelantada y teniendo calma para elaborar largo en ataque cuando no podía hacer lo que más le gustaba: correr. Llegados al minuto diez, 19-16, prácticamente sólo la portería mantenía vivo a un conjunto ciudadrealeño que perdía y perdía balones en ataque de las maneras más variopintas y sangrantes.
Dos graves despistes locales y nuevas intervenciones de una portería ya excelsa cambiaron la dinámica, al cuarto de hora 19-20 tras siete metros convertido por Martín Molina. Pero estaba claro que el Alarcos no tenía su día y la falta de continuidad y más errores en ataque, también una defensa ahora adelantada que no funcionaba, no le alcanzaba para mandar en el marcador, 22-22 en el veinte y 26-24 a falta de cinco sin que el equipo reaccionara. Tocaba sufrir, saber sumar cuando uno no acaba de jugar bien, y lo cierto es que eso no se le puede reprochar a un Alarcos que se vació en los últimos compases, que tuvo más gol que casi nunca pero que a su vez no fue capaz de marcar en las tres ocasiones que atacó para igualar. Al final 28-27.
