Francisco J. Otero/Ciudad Real
El éxito de la tarea que tiene ante sí este sábado el Alarcos es necesario pero improbable si echamos un vistazo a los datos. Es necesario porque apenas restan cinco jornadas y el play off está a cuatro puntos. Es improbable porque se trata de tumbar al líder en su casa, en Pontevedra, ante su afición, lo que no ha hecho nadie esta temporada en la liga. El Teucro está muy cerca de cantar el alirón, de proclamar, por tierra, mar aire y Twitter, que regresa a la Asobal y no puede permitirse que el Alarcos le entretenga. Así que la labor es complicada, pero los ciudarrealeños, lejos de afrontarla con temor, lo hacen con una sonrisa en el rostro, dispuestos a dejarse la piel en su búsqueda de la fase de ascenso. Saben que, ocurra lo que ocurra, si finalmente no se puede repetir lo de la pasada temporada, no se habrá perdido en el Municipal de Pontevedra, sino en otras canchas.
Los alarquistas viajaron ayer. Márquez no puede contar con Maestre, Abdón y Peña. Los demás están en condiciones para enfrentarse a un líder que comenzó la temporada titubeante, pero que no pierde, con la excepción de la Copa ante el Sinfín de Asobal, desde septiembre. Los gallegos solo han cedido desde entonces un empate en Barcelona y otro ante el Cisne en el derbi pontevedrés.
“El Teucro está en un momento muy dulce de la temporada, en la que ha ganado generalmente los partidos con suficiencia en cuanto al desarrollo de los mismos. Tiene muchas armas en ataque y una defensa muy sólida. Somos conscientes de la dificultad de ganar allí, pero vamos a por los dos puntos. Trataremos de llegar en las mejores condiciones posibles, hacer un buen partido y volver con la satisfacción de ganar al mejor equipo de esta Liga”, deseó Javier Márquez.