El Vestas BM Alarcos disputará este sábado su último encuentro del año. Y terminar bien el 2019 se presume de máxima importancia. La cita será en la pista del BM Torrelavega, rival que es sexto en la tabla, justo un puesto por delante de los alarquistas. Serán así dos puntos en juego ante un contrincante directo y al que el Alarcos superaría de ganar. Porque ese es el objetivo: vencer y escalar puestos para comenzar el año nuevo con buenas y mejores perspectivas.
El encuentro llega tras el gran triunfo de los de Ciudad Real en el Quijote Arena ante el Villa de Aranda, el segundo clasificado (25-21). Una victoria que otorgó confianza a los de Javier Laguna, técnico que logró a la segunda estrenar su casillero de triunfos con el primer equipo en Plata, después de ceder en Málaga (29-27). Dos derrotas consecutivas a domicilio es el bagaje de los alarquistas en sus últimos choques, que tratarán en Torrelavega de que esa racha negativa no aumente.
Pero el cuadro cántabro no lo pondrá fácil. Es más, en su pabellón Vicente Trueba se ha mostrado muy poderoso. Allí ha ganado los últimos cuatro partidos consecutivos y ha vencido cinco de los seis disputados, cayendo solo ante el Teucro. Unos datos claros que evidencian que el Alarcos tendrá que sacar una gran versión para sumar los puntos.
De cara al duelo, Javier Laguna dejaba claro en la previa que el Alarcos está trabajando a tope para llegar a Torrelavega “con la misma actitud y las mismas ganas que contra Málaga o Villa de Aranda”. “El rival es un equipo muy trabajado, con las cosas muy claras. Quizás no tengan mucha variedad en su sistemática pero lo que hacen lo hacen con mucha intención y jugar tan ordenado da sus frutos. Son un gran equipo”, analizaba.
Dejando claro que el equipo está a tope en lo anímico, hay que mirar a lo físico. El equipo ciudadrealeño sigue teniendo las bajas de Kostas Kotanidis, Juan Lumbreras, Martín Molina, Josh Da Silva y Gonzalo Almansa, acumulando así ausencias en la zona derecha del ataque.