El BM Bolaños ha terminado con buen sabor la fase de ascenso al imponerse a Anaitasuna, 29-26. La gran parte del encuentro fue a remolque el equipo anfitrión, pero en una meritoria reacción final, en la que estuvo cuatro minutos en inferioridad, le dio la vuelta y regaló la victoria a su fiel afición. Los incondicionales del Bolaños no fallaron en el tercer encuentro, a pesar de que su equipo ya no tenía opciones. Después de tres días de gran balonmano, la gloria es para el Mubak La Roca que asciende al empatar con Soria, pero haciendo valer la diferencia general de goles de los tres partidos.
Empezó el Anaitasuna mandando, 1-3, pero Bolaños remontó, 4-3 y en esos primeros diez minutos se sucedieron los empates y ventajas mínimas. Aunque no había nada en juego, los dos equipos compitieron con gran dignidad para despedirse con una victoria. Un 9-9 a los doce minutos expresaba fielmente la igualdad que había sobre la cancha, aunque a partir de ahí empezó a mandar un Anaitasuna que aprovechaba las pérdidas de balón y precipitación en ataque del Bolaños. El balón se escurría más de la cuenta y hubo que cambiarlo en varias ocasiones.
A los veinte minutos, Anaitasuna se había ido de cuatro, 9-13, y una espectacular parada de Manrique impidió que se fuera de cinco. A la siguiente jugada, Blanco, que hizo un gran partido, puso el 10-13. Al descanso, se llegaba con un 13-15 que lo dejaba todo abierto para la segunda parte.
En los primeros compases del segundo tiempo, Anaitasuna apretó, y con la buena aportación del pivote Ibarra, se fue de cuatro, 19-23. Muchas contras de los visitantes eran letales, pero los locales reducían diferencias gracias a un buen Manu Sánchez, que aparecía en momentos importantes con sus buenos lanzamientos, y aún pudo ser mejor la reacción local si Caraballo y Granados no desperdician dos penaltis.
A falta de un cuarto de hora, el electrónico marcaba 21-23, con el Bolaños fallando varios ataques para ponerse a un solo gol. Lo consiguio, por fin, a falta de once minutos y a partir de ahí el duelo entró en una nueva dimensión porque Anaitasuna ya no tenía tan controlada la situación. Una doble y espectacular parada de Imanol fue el preludio del empate a 25 cuando solo restaban seis minutos y medio. Sin embargo, los cuatro minutos de exclusión a Blanco, significaba que el Bolaños jugaría en inferioridad casi todo el tramo final.
En esa circunstancia tan adversa, demostró oficio y mucho pundonor el conjunto local que se puso por delante 27-26 y con Imanol apareciendo de nuevo con otra sensacional parada. Solo habría dos goles más en el partido y los dos fueron de un Bolaños inmenso que acabó ganando 29-26. La afición, de diez en toda la fase de ascenso, lo celebró junto a sus jugadores. Bolaños, que ha realizado una gran temporada, lo seguira intentando y tarde o temprano estará en esa división de plata que tanto busca.