Francisco J. Otero
Ciudad Real
No son el Michelín contra el Caserío Vigón, ni el BM Valladolid y el BM Ciudad Real: son el Alarcos y el Atlético Valladolid, dispuestos a revalidad la vieja rivalidad entre las dos Castillas balonmanísticas. Los clubes más representativos de ambas capitales estuvieron siempre pisándose los talones, siguiendo caminos parecidos hasta la élite, donde se destacó el que presidía Díaz de Mera, para terminar ambos refundándose y verse las caras ahora en esta División de Honor Plata, en la que el club pucelano se yergue como favorito a todo, mientras que el manchego se perfila como la revelación de la temporada.
El choque entre estos dos nuevos estandartes de balonmanos históricos es este sábado, en el Quijote Arena, a las 19:00. Allí estarán, vestidos del morado castellano, viejos rockeros como Fernando Hernández o ese tal Delgado Ávila, al que solo el regreso de Hombrados le ha quitado el honor de ser el jugador que más partidos de Asobal ha disputado. Vendrá también Kallman, el hermano, que un día desembarcó por Ciudad Real para proclamarse campeón de España juvenil. Y un puñado de muy buenos jugadores, a los que los corredores de apuestas les dan ventaja en los corrillos de expertos, como marca, por otro lado, la clasificación.
Frente a ellos, el Alarcos, dispuesto a prolongar su idilio con la categoría. Sólo el FC Barcelona B, en su debut, le ha hecho hincar la rodilla hasta el momento.
Javier Márquez cuenta con la baja de Jorge y su mano operada, y Mohíno. Lumbreras anda tocado, pero será casi con seguridad de la partida, lo mismo que Mario Blanco, al que la ciática le molesta y Toni, al que no le deja en paz una rodilla. Pero nadie que pueda quiere perderse un partido de los de antes, uno de esos duelos que huelen a tiempos mejores.