El piloto ciudadrealeño Carlos Medina compite actualmente con MINI en la Copa RACER, un campeonato organizado por la Escuela Española de Pilotos y supervisado por la FIA. Esta competición se desarrolla a lo largo de cinco meetings de fin de semana, con un total de 13 carreras que incluyen dos individuales y una por equipos en cada encuentro. La Copa RACER presenta dos categorías principales: MINI y BMW, que utilizan coches con diferentes niveles de adaptación a la competición.
Medina, al volante de un MINI Cooper S, ha tenido un inicio de temporada prometedor en su primer año de competición. En la carrera inaugural de abril, celebrada en Cheste, logró una pole y un tercer puesto por equipos, defendiendo el campeonato ganado el año anterior por su equipo, el Hispano Alemán Racing Team de Madrid.

Esta destacada actuación inicial ha sido calificada por Medina como un «estreno fantástico». Él mismo describe el campeonato como «muy divertido» y destaca su «mucha proyección, porque casi todos los fines de semana que tenemos carreras, coincidimos con otras modalidades de del automovilismo». Como ejemplo, menciona que «corremos con la Nascar Europea, corremos con la Copa Porsche, corremos con las carreras de camiones, en fin, se aglutina todo un fin de semana y corremos con diferentes campeonatos». El nivel de la competencia es «altísimo», según Medina, quien recuerda que «hace dos años, por ejemplo, estuvo corriendo un expiloto de Fórmula 1, Juan Pablo Montoya con su hijo Sebas».
Un MINI de competición y una preparación rigurosa
El MINI Cooper S que conduce Carlos Medina es un coche de serie adaptado a la competición. Ha sido aligerado en casi 300 kg y su interior está completamente vacío, contando solo con el asiento del piloto y la jaula de seguridad. Aunque elementos básicos como el motor y la caja de cambios son de serie e idénticos en todos los MINI (y BMW), lo que hace que «las carreras son 100% talento», el vehículo sí incorpora frenos, suspensión y una jaula antivuelco de seguridad modificados. Además, utiliza neumáticos de competición que «apenas te duran 20 minutos o media hora».

La preparación de Carlos Medina antes de cada carrera es un proceso exhaustivo con múltiples facetas. Incluye un fuerte componente físico, enfocado en el fortalecimiento de la espalda y el cuello, áreas que sufren gran estrés durante la competición, a menudo con la ayuda de un entrenador especializado. La fortaleza mental también es crucial, abarcando el desarrollo de la concentración, la capacidad de mantener la calma bajo presión, el manejo efectivo del estrés y la persistencia.
Complementando esta preparación, Medina dedica una cantidad significativa de tiempo al entrenamiento en simulador, practicando con circuitos y coches parametrizados para obtener la máxima información posible, lo cual es vital dada la limitada media hora de entrenamientos oficiales antes de la clasificación y el alto nivel de competencia.
Además del simulador, Carlos Medina aprovecha los «Track Days» o días de entrenamiento en pista abierta, organizados antes de las carreras, para familiarizarse con el trazado y afinar el coche. Aunque los entrenamientos oficiales suelen ser el viernes o sábado por la mañana antes de la clasificación, estos «Track Days» ofrecen una valiosa oportunidad adicional para la práctica. Sin embargo, la asistencia a estos días puede verse limitada por la logística de los coches, las distancias y la necesidad de permisos y licencias internacionales. Un ejemplo de esto fue la imposibilidad de Medina de asistir a un «Track Day» previo a la carrera de Estoril, a diferencia de la situación en Cheste.

Trayectoria, ambiciones y el orgullo de Ciudad Real
Carlos Medina comenzó su andadura en el karting de Corral, en Ciudad Real. A pesar de no provenir de una familia con tradición automovilística, su pasión por los coches lo impulsó a empezar poco a poco, quedando segundo en el campeonato local de karting. Posteriormente, al vivir en Madrid, continuó compitiendo y se unió al equipo actual, que le ofreció la oportunidad de pasar a los coches. Reconociendo que es un deporte que requiere «un cierto respaldo económico» y un «esfuerzo» significativo debido al coste de entrenamientos y fines de semana de carrera, Carlos cuenta con el importante apoyo de su equipo de Madrid.
El objetivo principal de Carlos Medina para este año es consolidar su posición y dar el salto a categorías superiores, como la BMW, buscando activamente patrocinadores que puedan ayudarle a financiar sus ambiciones. Individualmente, aspira a «como mínimo quisiera quedar entre los tres primeros».
«Las sensaciones son buenas y el equipo está haciendo un trabajo magnífico, demostrando un buen nivel». El piloto ha subrayado que «detrás de esto hay muchísima preparación deportiva, muchísima simulación en casa, muchísimo entrenamiento, muchísimo estudio del circuito, echamos horas y horas y horas cogiendo referencias, viendo dónde hay que frenar, dónde hay que meter el coche». Para él, «al final, es muchísimo trabajo, porque buscamos la última décima en cada vuelta, es la última décima, apretar los dientes y a tirar para adelante».
Para Medina, ser un piloto de Ciudad Real es un motivo de gran orgullo. Comenta que «a mí me enorgullece bastante ir por ahí diciendo, ‘Soy un piloto de Ciudad Real’«. Reconoce lo «muy complicado» que puede ser acceder a este mundillo «si no eres de un cierto estatus», y valora poder representar a su ciudad, destacando su origen y su formación como ingeniero industrial en la universidad pública local. Este orgullo por sus raíces impulsa a Carlos a poner el nombre de Ciudad Real en el mapa del automovilismo.
Las próximas carreras para Carlos Medina después de Cheste serán en Estoril a mediados de julio, seguidas por Navarra, Jerez y nuevamente Navarra, concluyendo la competición el 30 de noviembre.