El Almagro lo tiene difícil, pero no imposible. Anclado en el farolillo rojo de la clasificación, el equipo de Ibon Begoña tiene por delante tres partidos aplazados por el tema Covid y tres jornadas restantes más para aferrarse al sueño de la permanencia. Sobre el papel es difícil, está claro, pero 18 puntos son muchos puntos en juego como para no intentarlo.
Viaja el Almagro este miércoles a Azuqueca para recuperar el primero de los tres partidos pendientes. Illescas (26 de mayo) y Pedroñeras (3 de junio) son los otros aplazados que el equipo encajero deberá disputar. También tendrá más oportunidades ante el Madridejos, Conquense y en el segundo partido ante el Illescas para intentar sumar el máximo de puntos posibles.
Sin embargo, la empresa no será nada fácil ya que los de Ibon Begoña no compiten desde el pasado 24 de abril tras empatar con el Conquense (3-3), o lo que es lo mismo, 25 días sin competición y 20 confinados cuando lo que hay en juego es demasiado serio. Por eso, el retomar sensaciones con la competición y la necesidad urgente de sumar de tres en tres son los grandes objetivos de un equipo que quiere seguir soñando.
Además, el Almagro, a pesar de llegar a la cita de este miércoles con tan solo un entrenamiento, afrontará un exigente calendario jugando miércoles y domingo hasta el 6 de junio, momento que finalizará la temporada con el Illescas, por lo que la exigencia física está encima de la mesa en un final de temporada de infarto.
Para el encuentro de este miércoles, el técnico vasco podrá contar con todos sus hombres ya que se han recuperado aquellos que estaban con molestias físicas. En frente estará un Azuqueca que llega como líder de este grupo de la permanencia con 40 puntos y con la salvación bajo el brazo pese a contar todavía con cuatro partidos por delante.
El encuentro se disputará este miércoles, a partir de las 20 horas en el San Miguel de Azuqueca y será dirigido por el castellano manchego Sandoval Marchante.