El Formac Villarrubia vuelve este miércoles al trabajo para preparar de lleno el partido del próximo domingo ante el Bergantiños. En apenas dos días, el cuerpo técnico y los jugadores han trabajado en recaudar la máxima información de un rival que, simplemente por la distancia, parece desconocido. Y es que sin tener demasiado nombre, basta con echar un ojo al presupuesto, ver quién está detrás del equipo y analizar a algunos de sus hombres. Conclusión; un equipo poderoso que tiene muy claro a lo que juega.
De momento, mirando de reojo al pasado más reciente, cabe recordar que el Bergan, como cariñosamente se le llama por tierras gallegas, apeó al Covadonga en la primera eliminatoria por la vía rápida. 0-2 en la ida y 5-0 en la vuelta fue el desenlace entre dos equipos donde uno mostró su potencial y otro apenas dejó señales de vida. Además, seis de los siete goles llegaron a balón parado para dejar claro desde el principio cuál es el potencial del equipo de Carballo.
El Bergantiños terminó el campeonato regular como segundo clasificado igual que el Formac Villarrubia. Con 74 puntos en la tabla, el equipo de Miguel Figueira terminó el curso con 58 goles a su favor y 42 en contra. Solo el Racing de Ferrol, recién descendido, hizo sombra a un equipo que llegó a estar líder durante quince jornadas de liga.
El esquema favorito del técnico gallego es el 1-4-4-2, si bien, con la lesión de Rubén Rivera, se ha visto obligado a jugar con un 1-4-3-3 con tres medios centros de pico y pala, de mucho trabajo y mucho físico. Sin embargo, dependiendo del guión del encuentro, el Bergantiños puede apostar por defensa de cinco como ya lo hizo en el partido de ida ante el Covadonga.
Por lo tanto, hablamos de un equipo sólido, aguerrido y cuya principal virtud es el juego aéreo tanto ofensivo como defensivo y que sigue soñando con el ascenso de categoría porque hay potencial económico para ello.
En cuanto a jugadores, Crístopher es el portero titular. La línea de cuatro en defensa suele estar formada por Borja Facal por la derecha y Aaron por la izquierda. Pablo Agulló, recién salido de una lesión de larga duración, y Marcos, central zurdito, forman la pareja de centrales.
En el medio del campo, Toni, Diego y Baleato forman el tridente de trabajo. Lejos de un gran dominio del balón, el poderío físico y la presión son las principales armas. Aquí aparece Granada, ex del Puertollano, que es el jugador número doce. A punto de cumplir 40 años, el de Llodio sigue estando a un gran nivel para aportar veteranía y experiencia.
Ya en punta, Jorge Cano y Jorge Sáez son un puñal por las bandas. Rubén Rivera, el ex del Talavera, es el delantero referencia y pichichi del equipo con 20 goles, pero un esguince de rodilla le hace ser duda hasta última hora. Si no está Rubén, Ekedi será de la partida. Un delantero espigado que remata todo.
En definitiva, un equipo poderoso que mezcla a la perfección veteranía y juventud y que es una amenaza en el juego aéreo.