25
21
2-2 (5’); 4-4 (10’); 5-6 (15’); 6-8 (20’); 7-10 (25’); 11-12 (descanso); 14-14 (35’); 18-14 (40’); 21-16 (45’); 23-18 (50’); 25-19 (55’); 25-21 (final).
Con la fase de ascenso asegurada, el ID Energy Caserío dejó pasar la oportunidad de depender de sí mismo en la última jornada para tener derecho a organizarla en Ciudad Real. Su gran rival, el Burgos, perdió por un claro 30-22 en Oviedo, pero al mismo tiempo los de Santi Urdiales cayeron por 25-21 en la pista de Novás con una muy mala segunda parte.
De esta forma, no pudieron adelantar a los burgaleses, que siguen con un punto de ventaja de cara a ese último encuentro liguero. Con el Barça Atlétic ahora segundo, aunque el filial no cuenta para el play off, el Burgos es tercero con los mismos 38 puntos, por los 37 de un Caserío que es cuarto y que ve como el Villa de Aranda podría adelantarle, ya que se ha colocado quinto con 36. En la última jornada, dentro de do semanas, los amarillos recibirán al Alcobendas, el Burgos hará lo propio con el Novás y los de Aranda se medirán con el Ibiza.
Los primeros ocho minutos fueron de máximo equilibrio en los que el Valinox Novás supo contrarrestar el tanto inicial de José Andres Torres para colocarse rápidamente en un 2-1. A partir de ahí, el marcador fue variando, pero sin que ninguno de los dos equipos consiguieran diferencias importantes.
Sí que después el ID Energy Caserío tomó velocidad de crucero y, con un ataque algo más solvente, logró situar un 5-7 tras ir perdiendo por 4-3. La ventaja se fue ampliando con un José Andrés Torres que tomó la responsabilidad en las acciones ofensivas visitantes. Se llegó a una máxima diferencia de cuatro goles (8-12), pero partir de ahí se fundió el conjunto manchego, que encajó un 3-0 para acabar los primeros treinta minutos con un ajustado 11-12.
Tras el paso por los vestuarios, apareció la mejor versión del Valinox Novás ante un rival que salió dormido. Así, hasta el empate a catorce goles a los cinco minutos de la reanudación, los de Santiago Urdiales fueron bajando el nivel en su juego tanto defensivo como de ataque. Un hecho que supo explotar perfectamente el equipo gallego para empezar a tomar ventajas importantes.
Un parcial de 5-0 dejó KO al Ciudad Real (20-14). No dudó Urdiales en pedir un tiempo muerto viendo como su equipo no reaccionaba. Trató de enderezar el rumbo y pareció conseguirlo cuando en el minuto 15 sus hombres se colocaron con cuatro goles de desventaja (22-17). La mejoría era evidente, pero no suficiente, ya que a partir de ahí se atascó. Los goles de los locales Diego Pérez y Pablo Castros frenaron en seco la remontada visitante.
A partir de ahí, se entró en una nueva fase del partido, en el que el equipo visitante ya no encontró los recursos para meterse de nuevo dentro del partido y, pese que siguió anotando, sus goles fueron estériles para pensar en sorprender a un rival que se mostró más entero. Al final, 25-21.