Su fantástica segunda temporada en la División de Honor Plata ha llevado al ID Energy Caserío a estar muy cerca de la Liga Asobal. A solo dos partidos de ella se encuentra el equipo de Ciudad Real, los que tendrá que ganar este fin de semana en el pabellón El Plantío de Burgos para conseguir el ascenso en una cita histórica.
El conjunto de Santi Urdiales ha demostrado a lo largo del curso poderío, tanto en defensa como en ataque, con encuentros de un enorme nivel para superar a grandes rivales. Con esa premisa de defender muy bien y correr, selló ya en el mes de abril su clasificación para esta fase de ascenso, compitiendo a la vez con opciones de un primer puesto que finalmente se llevó el BM Guadalajara con el premio de subir a Asobal.
Al final, el Caserío cerró el curso liguero en una gran cuarta plaza, pujando hasta la última jornada por una segunda que le hubiera permitido organizar la fase en el Quijote Arena. No fue así porque, es cierto, los ciudarrealeños no estuvieron bien en el tramo liguero final del curso (cinco derrotas en seis partidos), todo lo contrario que el Villa de Aranda, el que será su rival este sábado en semifinales (20:15 horas).
Ambos llegan a la cita con dinámicas diferentes, pero saben también que esto es una fase de ascenso y que lo pasado apenas va a contar. Es un reseteo, un duelo a un único partido que se puede resolver por pequeños detalles dado el gran nivel de ambos. Sacar su mejor versión y encontrar en la pista su juego desarrollado en muchos partidos, es lo que busca el equipo de Santi Urdiales para batir a un Villa de Aranda que dirige el técnico manzanareño Javi Márquez, que llevó al BM Alarcos ha disputar sin éxito final tres fase de ascenso como esta.
Todo ello en un ambiente en la grada que presume una superioridad arandina, dada la cercanía con Burgos y que por esa localidad se vive también a lo grande el balonmano. Aun así, no faltará la grada amarilla para alentar al Caserío en esta cita histórica para el club presidido por Julián Amores.
Los precedentes de este duelo, los de la liga regular, no dan señales para decantar el favoritismo hacia algún lado. En el Quijote Arena, allá por el mes de diciembre, el Caserío firmó un colosal partido para imponerse por 35-28. Por contra, hace un mes en Aranda, los locales se impusieron por 28-21. Así pues, triunfos claro para uno y otro en sus enfrentamientos directos.
Tanto Caserío como Villa de Aranda se medirán conociendo al primer finalista, porque antes, a las 18 horas, arrancará la fase de ascenso con la primera semifinal entre el anfitrión BM Burgos y el Cisne de Pontevedra. A este último equipo lo entrena el ciudarrealeño Javier Fernández ‘Jabato’, por lo que junto a Javi Márquez más la presencia del Caserío dan un gran protagonismo de nuestra provincia en esta puja por Asobal.
A priori, el cuadro burgalés, tercer clasificado, se perfila como favorito para la victoria frente a un Cisne que selló su clasificación en la última jornada. Pese a ello y como se ha apuntado, a un partido puede pasar de todo y ‘Jabato’ confía en la sorpresa y en medirse en la final del domingo, a las 12 horas, ante el equipo de su ciudad.
El vencedor de esa final tempranera, que apenas dejará descanso para sus protagonistas, logrará el ascenso a Asobal, posibilidad que tiene ahora un Caserío por su gran trabajo a lo largo de la temporada. El perdedor tendrá otra opción en una eliminatoria frente al antepenúltimo de la máxima categoría, que ahora mismo ocupa el Cangas.
A dos partidos está Ciudad Real de volver a la Liga Asobal gracias a su equipo amarillo. Será difícil, habrá momentos duros, pero los de Santi Urdiales confían en sobreponerse a ellos y quieren aprovechar esta gran oportunidad para celebrar lo que muchos años lleva esperando la ciudad y que también tuvo cerca el BM Alarcos sin conseguirlo. Ahora llega el turno del Caserío.
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