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El Yugo Socuéllamos sigue firme en su camino en el que no se hablan de objetivos más allá del partido del próximo fin de semana. Tras superar el bache de resultados con los que acabó el mes de diciembre y empezó 2025, sumando tres derrotas consecutivas, los de Jacinto Trillo han vuelto a conseguir su versión más competitiva.
Este domingo el equipo se desplazaba a San Marcos para medirse al Quintanar, uno de los equipos más en forma del Grupo XVIII en esta Tercera RFEF.
Fueron superiores en los primeros compases, llevando la iniciativa del juego, en el que se encontraron de hecho con un gol en el minuto 16, tras una buena jugada por banda izquierda, que remataba Legaz desde el punto de penalti para colarla lejos el vuelo de Leonel.
Cuando alzaba los brazos para festejarlo, el línea permanecía infranqueable con la banderola alzada, mostrando la posición irregular del jugador socuellamino.
Ahí murió todo el peligro que se vio en el campo durante los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, con dos equipo que intentaron desplegar su juego en el medio, pero sin encontrar circulaciones de pelota con profundidad.
Tras el descanso, los dos entrenadores trataron de agitar el partido, moviendo sus esquemas como si de una partida de ajedrez se tratase.
Supieron leerse los movimientos y la contienda, por más intentos de revolución que hubo, permaneció igualada, sin grandes ocasiones, obligando a un reparto de puntos que fue justo y que dejó a ambos la sensación de poder haber rascado un poco más, con esa mirada ambiciosa; los locales hacia el primer puesto y los de Socuéllamos, con los ojos clavados en los puestos de play off; dos posiciones que ahora ocupan dos equipos, que precisamente, han sido los dos únicos equipos de arriba que han ganado esta jornada -Albacete B y Tarancón-.