38
20
3-1 (5’); 4-3 (10’); 9-4 (15’); 13-4 (20’); 17-7 (25’); 20-11 (descanso); 22-12 (35’); 23-13 (40’); 28-15 (45’); 30-16 (50’); (55’); 38-20 (final).
El Soliss BM Pozuelo no tuvo opciones de ganar en una pista muy complicada como la del Grafometal La Rioja, en un duelo en el que las locales, partir del minuto 10, fueron muy superiores a las de Eusebio Angulo, cerrando el partido con 18 goles de ventaja en una tarde más que aciaga para las manchegas, a las que no les salió nada. Al menos, pesa a la derrota, siguen con dos puntos más del último puesto del descenso, al perder también su partido el Almassora.
El Soliss BM Pozuelo de Calatrava salió a la pista con mucha intensidad, tratando de contener la velocidad en el juego de un Grafometal La Rioja que se vio sorprendido por la defensa visitante. Cierto es que las locales no tardaron en tomar la delantera en el marcador (2-0), pero no conseguían abrir brecha y al minuto 10 se llegaba con un ajustado 4-3.
Sin embargo, la primera exclusión en las filas manchegas cambió por completo la dinámica del partido. Sin Paula Morales en pista, el Soliss BM Pozuelo de Calatrava se vio superado por la contundencia del ataque riojano y las locales firmaban un parcial de 2-0 que dejaba ya al rival a 4 goles, obligando a Eusebio Angulo a pedir su primer tiempo muerto (minuto 12).

No conseguía reaccionar el equipo de Pozuelo de Calatrava. Las locales, con una gran velocidad en su juego ofensivo y un excelente trabajo en defensa hacían inútiles todos los intentos de un equipo manchego que cada vez se ponía más nervioso (10-4, minuto 16).
El Grafometal La Rioja no levantaba el pie del acelerador ante un Soliss BM Pozuelo de Calatrava que trataba de correr más de la cuenta, jugando más con el corazón que con la cabeza, perdiendo demasiados balones y fallando lanzamientos que permitían a las locales salir rápido al contragolpe para seguir aumentando su ventaja en el electrónico. Así, las riojanas llegaban al minuto 18 ya con un colchón de 8 goles que obligaba al técnico visitante a parar de nuevo el partido en busca de soluciones (12-4).
Las encontraba a medias. Y es que, si bien es cierto que el equipo mejoró en ataque, firmando de ahí al descanso siete goles, no lo es menos que en defensa Soliss BM Pozuelo de Calatrava continuaba haciendo agua por todas partes, dando todas las facilidades del mundo a un rival letal que, pese a dar descanso a sus estrellas, conseguía irse al descanso con nueve goles de ventaja (20-11).

Ya en la segunda mitad, apretó los dientes en defensa el equipo manchego, que conseguía contener los ataques locales durante tres minutos. Sin embargo, una nueva exclusión iba a romper de nuevo a las de Eusebio Angulo, que en inferioridad numérica veían como el rival se iba hasta los 10 goles de renta (22-12).
No bajaron los brazos pese a todo las pozoleñas, que durante algunos minutos llevaban el juego a un toma y daca que les permitía mantener remotas opciones de reacción. Sin embargo, un tiempo muerto del entrenador local, que quería más intensidad de las suyas, daba un nuevo empujón a un Grafometal La Rioja que, a la vuelta, firmaba un parcial de 2-0 y se colocaba con +12 (25-13).
Quedaban 18 minutos de partido, pero lo cierto es que el duelo estaba ya sentenciado. Soliss BM Pozuelo de Calatrava no había dado nunca la sensación de poder ganar el choque y la diferencia era ya abismal. Aún así, pelearon cada balón las de Angulo, pero la defensa local seguía sin aflojar y cada fallo visitante era castigado con un gol de las riojanas, que a falta de 9 minutos ganaban ya de 15 goles (31-16).
No hubo más historia y las manchegas se fueron de Logroño con 18 goles de desventaja en su haber en una tarde para olvidar.