El técnico del Viña Albali Valdepeñas, Álvaro Martínez, ofreció sus valoraciones tras el empate (3-3) frente al Industrias Santa Coloma, en un partido que dejó un sabor agridulce por cómo se escapó la victoria en los últimos segundos, correspondiente a la jornada 26 de la Primera División de Fútbol Sala.
“Una sensación amarga, no solo por perder los tres puntos en los últimos 27 segundos, sino porque creo que merecíamos mucho más”, comenzó valorando el entrenador. “Hemos llegado a una situación igualada al final del partido, pero si ves el cómputo global, hemos hecho muchas cosas para merecer la victoria. No solo por un gol, incluso un poquito más amplia. Queda esa sensación de que se nos ha escapado. Pero ya desde mañana hay que pensar en Noia. No sabemos qué va a pasar hasta el final de temporada, pero si sumamos el próximo partido, vamos a jugar el último en Zaragoza con opciones de algo”.
Pese al golpe final, Martínez quiso destacar el papel de sus jugadores: “La verdad es que solo tengo que felicitar al equipo porque creo que hemos hecho un gran partido. Creo que ha sido nuestro mejor partido a nivel ofensivo. Hemos estado muy bien, hemos generado mucho. Sus goles no han llegado en defensa posicional, han sido más fallos nuestros. Y a partir de ahí me voy con la sensación de que el equipo que veo en pista representa lo que yo creo que debe ser el fútbol sala, mi modelo de juego y la forma que tengo de verlo”.
El encuentro, cargado de tensión por la importancia del resultado, dejó un momento desafortunado con una discusión entre jugadores del equipo azulón. El técnico no rehuyó la cuestión: “Ha sido una situación desafortunada. Se solventará de puertas para adentro, no va a ocurrir más. Creo que tanta emoción y tanta tensión por lo que nos jugábamos ha salido de una mala manera. Hasta en las mejores familias hay problemas. Nosotros lo vamos a solventar, no va a volver a ocurrir. Pedimos perdón a la afición porque no representa al grupo ni los valores que queremos transmitir, no solo a nuestro público, sino a todos los niños que nos ven. Hay que olvidarlo, no va a volver a ocurrir”.
A pesar de no lograr la victoria, el técnico valoró positivamente el crecimiento del equipo desde su llegada: “Los primeros partidos eran un período de transición entre lo anterior y lo nuevo. Y ahora ya estoy viendo que las ideas que estamos trabajando están mucho más afianzadas. El grupo cree en ello. Con el talento que tenemos, estamos empezando a encajar las piezas. Se lo he dicho a los míos: si jugamos así, yo no le tengo miedo a nadie. No voy a ir a una pista pensando en empatar, voy a salir a ganar porque creo en lo que veo, en el trabajo, en mis jugadores. Sinceramente, si jugamos partidos a este nivel, corrigiendo esos pequeños detalles que nos han llevado al empate, conseguiremos mucho juntos”.
Sobre el reto que supuso tomar el equipo en mitad de la temporada, Martínez fue claro: “Probablemente no ha sido fácil. Llegué en un momento en el que no había prácticamente tiempo. Ya jugamos un primer partido nada más llegar. Pero yo sabía a lo que venía, no tengo problema. Hemos trabajado, hemos tratado de priorizar todo para que encajara en el tiempo que teníamos. Y ya está. Sin pensar en nada más. El siguiente partido tenemos que estar mejor, tenemos que ser mejores y llegar al final de temporada con la sensación de decir: este es el equipo que se esperaba del Viña Albali”.
Preguntado por su futuro, el entrenador no quiso dar pistas, aunque dejó entrever su ambición: “Aún no puedo adelantar nada. Ya se verá. Sí que quiero seguir creciendo. Siempre en mi carrera he buscado proyectos en los que pueda crecer, proyectos que me generen esa tensión competitiva y ese querer más, querer ganar. Cuando se dé ese proyecto, estoy seguro de que, con tiempo y trabajo, vamos a conseguir éxitos. Ya se verá”.
No obstante, no cerró la puerta a continuar en Valdepeñas: “Espero que sí, que haya satisfacción por el trabajo realizado aquí. Hablaremos después del partido de Zaragoza. Yo, por mí, estoy contento. Estoy a gusto con la ciudad, con todo. Me siento arropado. Creo que a la afición también, de alguna manera, le gusta lo que estamos mostrando en la pista. ¿Por qué no? Siempre se puede dejar una puerta abierta, por supuesto”.