Cuando a Dani Santos (25-3-1991) le dieron la noticia, lo primero que pensó fue que le estaban gastando una broma. Pero ese día no era el 28 de diciembre, el de los ‘Inocentes’, fue concretamente un día después, luego entonces comenzó a creer que era algo real. De lo que se enteró fue que uno de sus goles logrado con su equipo, el Viña Albali Valdepeñas, había sido elegido como el mejor gol de la década, entre 2010 y 2020, en el fútbol sala nacional. “Cuando me lo dijeron, pensé que era un locura”, afirmó.
Siempre lo tenía en mente, pero en ese momento volvió a recordar mucho más ese instante, esos escasos segundos que ahora son historia de este deporte. Ocurrió el sábado 10 de noviembre de 2018 en el pabellón Quijote Arena de Ciudad Real, en un partido ante el Besoccer Antequera de la primera temporada del equipo valdepeñero en Primera División. Desde su propia área, el portero Mendiola envió un balón en largo con la mano hacia la frontal del área rival y allí, algo escorado a un lado, Dani Santos se inventó un espectacular remate de chilena que se coló en la portería rival. Un gol impresionante.
“Me ha hecho mucha ilusión que eligieran mi gol, será un recuerdo que llevaré siempre. Es algo de lo que te sientes orgulloso. Siempre estaré agradecido a Mendiola que me puso ese balón, es algo que compartiremos los dos toda la vida”, explica el jugador madrileño, que cumple ya su quinta temporada en el Viña Albali Valdepeñas.
Lo que también se le viene a la mente a Dani Santos de ese gol es la situación en ese momento. El conjunto vinatero debutaba ese curso en la máxima categoría y todavía no conocía la victoria, además que el mostoleño reconoce que por entonces a nivel individual no había conseguido sacar lo mejor de sí mismo. “Ese gol fue muy importante para el equipo y para mí. Ese día logramos la primera victoria y a partir de ahí las cosas cambiaron a mejor”, apunta.
También Dani Santos siente algo de ‘vértigo’ al poner su nombre en la historia del fútbol sala español como autor del mejor gol de la pasada década. “Fíjate, yo hace diez años ni siquiera estaba jugando al fútbol sala”, cuenta. Por entonces, era jugador de fútbol y militaba en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, en donde coincidió con futbolistas como Saúl, Koke o el portero De Gea. Fue hace siete años, a sus 22, cuando decidió cambiar los terrenos de juego de fútbol por el 40×20. “A nivel personal no estaba atravesando un buen momento. Entonces tenía relación con el entrenador del Alcorcón de fútbol sala, en Tercera División, y decidí probar. Esto fue en Navidad y, en principio, iban a ser tres o cuatro meses para probar, lo había hablado con el entrenador, quería despejarme un poco y después volvería. Desde el primer momento no se me dio mal del todo, decidí seguir un año más y al siguiente metí 76 goles en Tercera División, fui el máximo goleador a nivel nacional. Después me llamó David Ramos (su entrenador actual en el Viña Albali) para ir con él a jugar a Rivas y ahí me enganché. Ya no hubo manera de dejarlo”, relata.
Ahora es uno de los mejores jugadores de la Primera División, una pieza importante en un Viña Albali Valdepeñas que pelea entre los grandes equipos nacionales de la categoría y el protagonista del mejor gol de la pasada década. “Imagínate lo que ha cambiado mi vida en 10 años”, sentencia.
Volviendo a ese día del ‘chilenazo’, Dani Santos recuerda también que “al llegar al vestuario mi compañero Terry me decía “tú estás loco, no sabes lo que has hecho”. Yo le decía que me dejara en paz, el partido no fue televisado y entonces, la verdad, no era consciente de la acción, porque cuando lo haces no lo has visto. Pero sí que cuando acabé de ducharme vi que tenía el móvil lleno de mensajes”.
Más consciente de la transcendencia que tuvo en aquellas fechas el gol la tuvo al día siguiente: “Estaba comiendo con unos amigos y salió el gol en la televisión. Yo estaba alucinando. Sí que tenía razón Terry al final”. Muchos medios de comunicación nacionales se pusieron en contacto con él a la búsqueda de entrevistas y así se dio a conocer mucho más. “Fue algo muy sonado. Con Mendiola intentamos después grabar cómo fue el gol, que luego fue elegido el mejor de ese año. Ahora ha sido el de la década y lo vuelves a recordar más”, confiesa. No solo lo intentó Dani Santos repetir en una simulación ante las cámaras, sino que también guarda una anécdota que muchos no conocerán: “A la semana siguiente fuimos a la pista de Osasuna Magna. Y la hicimos otra vez. Aquella vez dio en un defensa que estaba bajo los palos. Estuve a punto de meterla unos pocos días después, pero ese partido no fue televisado”, rememora.
Muchas veces son ya las que el madrileño ha intentado marcar de nuevo de esa manera. Sin ir más lejos, hace unas semanas lo probó igualmente en la pista del Osasuna Magna. “Es una jugada que a mí me gusta. No es algo que se entrene específicamente todos los días, pero sí la sigo haciendo e intentando, aunque es una acción muy difícil de ver y de que se den las circunstancias para hacerla. Ese día salió perfecto y seguramente salió mejor de lo que sale entrenando”. Un recurso de máxima complejidad que, viendo como lo hace Dani Santos, parece hasta fácil. “No descarto que algún día vuelva a entrar”, finaliza autor del gol de la pasada década. Un gol ya en la historia del fútbol sala nacional.
“A este año le pido que la gente pueda volver a los pabellones y que se recupere la normalidad en la vida y en el deporte” |
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Al margen de los objetivos deportivos a conseguir en la pista en este nuevo 2021, Dani Santos tiene por encima de todo un deseo para este año: “Solo le pido que la gente pueda volver a los pabellones y que se recupere la normalidad, tanto en la vida como en el deporte”. Por supuesto, el ala del Viña Albali Valdepeñas confía en disputar de nuevo la Copa de España, algo que el equipo tiene prácticamente hecho a falta de certificarlo matemáticamente, de hacer un buen papel en la Liga y no se olvida tampoco de la Copa del Rey: “Estamos a solo un partido de jugar la ‘Final Four”, recuerda. De hecho, asegura ver bien al conjunto vinatero y recalca que a comienzos de la temporada “todos hubiéramos firmado estar así a estas alturas. Estamos con confianza y con ambición”. Eso sí, aludiendo a su principal deseo, incide en que lo que más echa de menos es a la afición animando en los pabellones: “No tendría mucha sentido jugar la Copa sin nuestra gente”. |